Resumo do capítulo Capítulo 16 do livro Mi Pareja Tiene Dos Lobos de Internet
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 16, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Mi Pareja Tiene Dos Lobos. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero Fantasia continua a emocionar e surpreender a cada página.
La Perspectiva de Catherine
Me quedé simplemente boquiabierta frente a este hombre tan descarado.
¡Dijo una mentira tan grave solo para llevarme la contra!
Salvo aquella noche hace cinco años, yo no le había dirigido ni una palabra. ¿Cómo podía contar eso como "conocernos"?
"Noah, le pediré al mayordomo que te lleve al almacén para que te diviertas". Blake agachó la cabeza y le dijo a Noah con suavidad.
Noah saltó del sofá y miró a Blake. Dijo con tono de advertencia: "Papá, nos prometiste a mí y a Hedwig que no molestarías a mamá".
Blake mostró una sonrisa amable en su rostro. "Noah, papá sólo tendrá una charla con tu mami. No le haré nada malo".
"Noah, no te vayas. Ven conmigo. Busquemos juntos a Hedwig". Me apresuré a decirle a Noah, no quería enfrentarme sola a Blake.
"Mami, no te preocupes. Hace mucho que no ves a papá. Debes tener mucho que decirle".
Entonces, el mayordomo tomó a Noah de la mano y se lo llevó.
"¡Ey, mocoso!". No pude evitar gritarle al ver que me dejaba sola.
"Eres madre. ¿Así les hablas a tus hijos?".
Cuando Blake vio que Noah se había ido, la mirada amable de su rostro se desvaneció al instante. Su cara volvió a ser fría como el hielo otra vez.
"No necesito que me digas lo que tengo que hacer. ¿Con qué has engatusado a mi niño para que firme? Te lo advierto. No engañes a mi hijo si eres un hombre".
No pude evitar hacer una mueca ante su mirada desdeñosa.
El semblante de Blake se oscureció. Dio un paso hacia delante y se acercó a mí. Era mucho más alto que yo, así que tuve que levantar la vista para mirarlo.
Sin embargo, su aura opresiva me obligó a dar un paso atrás.
"¿No sabes tú mejor que nadie si soy un hombre o no?". Blake se inclinó ligeramente, sus labios casi rozaron mis orejas.
Su aliento me quemaba, como una corriente eléctrica desde la punta de mis orejas que recorría cada parte de mi cuerpo. Tenía las piernas un poco entumecidas y apenas podía mantenerme en pie.
Sentí cómo se me calentaba la cara. No podía soportar escuchar su seductora voz tan cerca, así que me apresuré a girar la cabeza.
"¡No me acuerdo!".
"¿No te acuerdas? ¿Quieres que te lo demuestre otra vez?".
Al escuchar sus palabras, me volví a mirarlo y me encontré con su sonrisa burlona.
No sabía de dónde sacaba este cabrón su confianza. ¿Acaso creía que todas las mujeres lobo del mundo querían acostarse con él solo por ser un Lycan?
"¿Qué quieres demostrarme? ¿Que no podrías durar más de un minuto?". No pude soportar su mirada orgullosa y me burlé de él. De hecho, esa noche perdí la consciencia y no supe lo que ocurrió.
Pero herí su autoestima con mis palabras.
Me miró fijamente con rostro sombrío, su tono cargado de peligro y tiranía.
"Lo creas o no, no te dejaré salir de la cama".
"Creo que no eres más que un hablador". Me reí con desdén.
Sentí que subía la temperatura en el aire a nuestro alrededor por lo que estábamos diciendo.
Me aclaré la garganta y dije: "Devuélveme a Hedwig y a Noah. Quiero llevarlos a casa".
"Esta ES su casa. Si quieres irte, no me importa". La actitud de Blake se endureció.
Me dirigí al sofá del salón y me senté sin siquiera mirarlo. "No iré a ninguna parte sin mis hijos".
"Aunque esta casa no es tan grande como la otra que tengo en Nueva York, creo que puedo encontrarte una habitación de invitados". Blake no cedió.
El día de la reunión de apareamiento, me encontré a Gina en la plaza de Bosque Sombrío y quise recuperar el collar de obsidiana de mi madre.
Blake me detuvo y me echó.
Gina aseguró que quería destruir el collar con fuego.
Mis ojos se humedecieron y cayeron lágrimas de pena y tristeza.
Blake frunció el ceño y dijo en voz baja: " Dime la verdad. Solo quiero saberlo".
"Te lo ruego... Por favor, deja que mis hijos y yo nos vayamos. No me los arrebates".
Reprimí el dolor en mi corazón y supliqué. Había perdido el collar de mi madre y no podía perder a mis hijos.
No tuve más remedio que suplicarle al poderoso, frío y despiadado hombre que tenía delante.
"¿Y si digo que no?". La voz de Blake era fría y desprovista de emoción.
Logré contener las lágrimas y dije con rabia: "Entonces te demandaré ante el Consejo".
Blake hizo una mueca de desprecio y dijo con arrogancia: "Te aconsejo que no lo hagas. No puedes demandarme. Me respalda todo el reino de los hombres lobo y la familia real".
Sabía que lo que decía simplemente era la verdad y no una amenaza.
Su estatus y su poder no eran algo contra lo que una pobre rebelde pudiera luchar.
Bajé la cabeza, en silencio.
De pronto sonó mi teléfono.
Lo saqué del bolso y lo acerqué a mi oreja.
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