Mi Pareja Tiene Dos Lobos romance Capítulo 51

La Perspectiva de Catherine

Planeaba terminar los diseños en la empresa porque Lorelei había dicho que debía completar el trabajo en dos semanas.

Tendría que darle diez diseños que ella aprobara. De momento, sólo le satisfacían tres. Por lo tanto, era todo un reto terminar la tarea en dos semanas ante una clienta tan quisquillosa.

Blake dijo que tenía algo que hacer esta noche, así que tuve que llevarme los diseños a casa para terminarlos.

Cuando volví y entré en el salón, vi una escena ridícula.

En el lujoso salón había otras dos adorables criaturas.

"¡Mamá, has vuelto! Ven y mira. Ellos son Castaña y Cacahuate. ¿No son lindos? Me gustan mucho". Tan pronto como Hedwig me vio regresar, corrió hacia mí felizmente. Agarró mi dedo y me arrastró para que viera a sus nuevas mascotas.

"Tú...". Todavía no me había recuperado de esta ridícula escena cuando vi a Dowen caminando desde el comedor hacia mí.

Cuando Dowen me vio, tenía una mirada complicada.

"Dowen, ¿cómo puedes dejar que traigan los potrillos al salón?". No sabía si reír o llorar. Mis hijos eran tan traviesos.

Dowen dijo con una sonrisa: "El Príncipito y la Princesita rodearon a los potrillos después de la escuela. Ya estaba oscuro, pero se negaban a irse a casa. Había demasiados mosquitos afuera, así que llamé a Su Majestad para pedirle su opinión. Él estuvo de acuerdo en dejar que los potrillos los acompañaran en el salón".

Mi cara estaba llena de incredulidad. ¿Estaba Blake loco? ¿Cómo podía estar de acuerdo con esto?

"Mamá...". Hedwig aún me tiraba del dedo desesperadamente. "Mamá, ven a saludar a Castaño y Cacahuete. Es interesante divertirse con ellos, y son tan mansos como Noah y yo".

"Sra. Wyatt, podría disfrutar de un rato con los niños. Su Majestad acaba de llamar y ha dicho que no volverá para la cena. La cena estará lista pronto", dijo Dowen como un mayordomo obediente.

"Muchas gracias, Dowen", dije cortésmente.

Noah estaba sentado en el sofá con las piernas cruzadas como un adulto. Tenía un tablero de dibujo y pintaba en él con seriedad.

Estaba dibujando a los dos potrillos de ojos inexpresivos en el salón.

Era evidente que los potrillos no estaban acostumbrados a un entorno tan extraño. Tenían un aspecto lamentable y de vez en cuando relinchaban.

"Mamá, saluda a Castaño". Hedwig estaba tan emocionada que su cara se puso roja. Señaló a un potrillo y dijo.

Me agaché y toqué la cabeza del potrillo. Luego, dije seriamente: "Hedwig, Noah, se han pasado con eso. Los potrillos no están acostumbrados a estar aquí. Les gusta estar en el pasto. Así que necesito que los devuelvan de inmediato".

"¿Por qué? Mamá, no me he divertido lo suficiente con ellos. Papá dijo que podía traerlos al salón". En cuanto Hedwig se enteró de que no le permitiría jugar con los potrillos aquí, se puso ansiosa.

"Tu papá estaba loco porque accedió a algo tan irrazonable como lo tuyo". Nunca permitiría que Blake malcriara a los niños hasta tal punto. Puse cara seria y dije con severidad: "Hablo en serio. Pídele a Dowen que saque a los potrillos ahora y juguemos con ellos mañana después del colegio, ¿Claro?".

"Mamá, eres tan feroz conmigo...". Hedwig se sintió agraviada y sus ojos se pusieron rojos. Miró con lástima a su potrillo y luego a Noah, que estaba atónito. "Noah está en mitad de la pintura. Mamá, ¿podemos dejar que se queden aquí un rato más?".

"No, no podéis". No quería que tuvieran la costumbre de hacer lo que les diera la gana, así que planteé una petición estricta.

Noah apartó el tablero de dibujo con cara de tristeza y dijo con tono sombrío: "Está bien, escuchemos a mamá. Mamá, por favor no te enojes".

Hedwig se apartó, sintiéndose agraviada. No volvió a pronunciar palabra.

Me di la vuelta para buscar a Dowen. Dowen ordenó a dos sirvientes que sacaran a los potrillos.

Me acerqué a mirar el cuadro de Noah. Era abstracto, y no es fácil de leer.