Mi Pareja Tiene Dos Lobos romance Capítulo 73

La Perspectiva de Catherine

Me di vuelta y sonreí al ver la cara de Leo toda colorada. "¿Y qué? Si piensas que eres el chiste, pues, te lo mereces. La experiencia se gana, ¿no? De ahora en adelante, sé más amigable con la gente. No acorralas a otros solo porque no quieren colaborar contigo. ¿Cómo te sientes ahora, dándote un tiro en el pie?".

"No pienses que puedes hablarme así solo porque tuviste dos hijos con Blake...".

"Leo, ¿son todos en la familia real tan poco razonables y condescendientes como tú?". Alcé las cejas y le contesté un poco descontenta.

Leo se quedó de piedra.

No me molesté en hablarle más. Quería ir a la cocina a agarrar algo para comer.

"Tú... Tienes que disculparte conmigo. Sabías la verdad, y aún así me viste hacer el ridículo ayer".

Leo me alcanzó y me lo dijo.

Abrí la nevera y eché un vistazo. Había un montón de ingredientes frescos dentro. Dowen probablemente habría salido en un recado en este momento. No estaba en casa.

Decidí prepararme un pollo asado con hierbas y pasta de mariscos. Hice como si ignorara al hombre detrás de mí que me acusaba con enojo.

Cuanto más lo ignoraba, más enojado se ponía Leo. Sin embargo, no se atrevía a hacerme nada. Solo podía mirarme fijamente mientras su rostro se ponía rojo de ira.

Me pareció tan poco razonable.

No creí haber hecho nada malo. Tenía una razón para no decir la verdad ayer.

"Mamá... ¿Quién es? Nunca le había visto". Justo cuando Leo no podía calmarse en absoluto, oyó una voz infantil que sonaba por detrás.

Era Hedwig. Se había despertado. Debió darse cuenta de que no yo estaba a su lado y bajó.

Leo se dio la vuelta y vio a Hedwig detrás de él.

Hedwig tenía el cabello alborotado y su rostro era delicado y lindo. Llevaba un pijama blanco con estampados de vacas. Se veía tan encantadora.

Leo miró fijamente a Hedwig y ella le devolvió la mirada.

Me acerqué inmediatamente. "Hedwig, ¿por qué has bajado con tan poca ropa? Estás enferma ahora. ¿Lo sabes?".

"Mamá, ya no tengo fiebre. Ya no estoy enferma. Así que ya no quiero tomar medicinas". Cuando Hedwig se enteró de que estaba enferma, lo primero que pensó fue que tendría que tomar medicamentos. Su cara estaba llena de frustración.

La consolé suavemente, "Está bien. Solo ponte más ropa. No tendrás que tomar medicina a menos que te sientas mal. ¿De acuerdo?".

"Mamá, aún no me has dicho quién es. Es tan guapo". Hedwig evaluó a Leo.

Justo cuando iba a presentárselo, Leo ya se había puesto en cuclillas y miraba a Hedwig. Su rostro estaba sombrío entonces, pero ahora sonreía. "Hola, ¿cómo te llamas? Soy tu tío, ¡de verdad!".

"¿De verdad? Mamá, ¿podría haber un tío falso?". Hedwig no lo entendía.

Inmediatamente le contesté: "Es el hermano pequeño de tu padre, tu tío. A partir de ahora puedes llamarle Leo".

"¿Cómo se llama mi sobrina?", preguntó Leo, volviéndose hacia mí.

"¡Me llamo Hedwig! ¿Leo, estás aquí para verme? ¿Me trajiste un regalo?". Hedwig pensaba que Leo estaba allí por su enfermedad.

Leo se quedó ligeramente atónito y me miró, pidiéndome ayuda.

Sabía exactamente por qué vino, y definitivamente no trajo ningún regalo.

"Hedwig, Leo vino apresurado hoy y no tuvo tiempo de prepararte un regalo. Le pediré que te compense la próxima vez, ¿de acuerdo?". Yo consolaba a Hedwig.