Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 380

Una vez terminada la entrevista, los periodistas se dispersaron.

Robert Espinar caminó hacia Alba y elogió:

—Muy bien, no me has decepcionado.

Alba también sonrió, ella ya había dicho que se merecía ser la ganadora tanto en el concurso de hacía tres años como en este y que esta era su verdadera habilidad.

Robert miró a los jueces y a la gente del anfitrión, y dijo:

—He reservado una mesa en el hotel a tu nombre para agradecerlos y hablar sobre futuras colaboraciones.

Alba asintió.

—Sí.

En ese momento, alguien llamó a Robert y este se fue.

Alba miró a su alrededor, vio que Mónica Alcocer estaba a punto de irse y rápidamente la siguió.

—Señorita Mónica.

Mónica parecía arrogante, giró la cabeza y la miró.

—¿Qué pasa?

—Yo...

—Por cierto —Mónica dijo—. Todavía no te he felicitado. ¿Qué tal te sientes después de ganar?

Alba frunció los labios y dijo:

—Gracias señorita Mónica, Lorenzo...

Mónica se rio.

—¿Lorenzo? Cierto, tenía pendiente su asunto, pero no te creas que solo te he ayudado con Lorenzo, los dos de allá son mucho más complicados de tratar.

Alba siguió su mirada y descubrió que eran dos jueces muy famosos en el mundo del diseño.

Ella se sorprendió y preguntó:

—Señorita Mónica, ¿qué quiere decir?

Mónica resopló:

—Pues que has ganado el concurso gracias a mí, si yo no estuviera, habrías salido en la semifinal. Realmente odio mucho a esa zorra, pero debo reconocer que tiene más talento que tú, tendrás que aprender más.

Dicho esto, Mónica se alejó moviéndose la cintura.

Alba la miraba pálida a su espalda.

«No… Imposible...».

Lorenzo Coronil la había hecho fraude en la semifinal, pero ella solo trataba de ocultar sus habilidades.

«¡Aunque Lorenzo no me hubiera ayudado, seguiría siendo la campeona! ¡¡¡Mi obra es cien veces mejor que la de Doria!!!».

En ese momento, sonó el móvil de Alba, ella miró frunciendo el ceño con impaciencia al número extraño y lo colgó directamente.

Pero ese número volvió a llamar en breve y Alba se irritó tanto que lo cogió directamente.

—¿Está la señorita Alba Espina? Somos del Hospital...

—¿Tienes algún problema? ¡No me vuelvas a llamar!

Dicho esto, presionó fuertemente en la pantalla y colgó el teléfono.

En ese momento, Lorenzo cruzó con ella y la golpeó deliberadamente con su hombro, haciéndole señas para que no olvidara el acuerdo de esta noche, y se alejó con una sonrisa ambigua.

Tan pronto como se fue Lorenzo, Robert se acercó y dijo:

—Ya es hora, vámonos.

Alba aguantó sus ganas de vomitar y asintió.

***

Poco después de que Doria había enviado un mensaje a Leila Alguacil, ella respondió que no tenía nada pendiente y que se venía.

Las demás eran las chicas de la tienda, como esta vez no se traía novios, Doria no dejó que Édgar viniera y este estaba disgustado.

—¿Por qué no puedo ir?

Doria explicó pacientemente:

—Son todas chicas, ¿no te sentirías incómodo?

—No.

—...Pero yo pienso que sí.

—Entonces, tienes que superarlo.

Doria no pudo evitar fruncir los labios y dijo:

Capítulo 380: Me tendrías que compensar con algo 1

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