Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 398

Como el conductor dudaba su relación, para evitar causar problemas innecesarios, durante todo el camino Alba no habló más con José. Y este también bajaba la cabeza, cuya visera cubrió la mayoría de la cara.

Después de que el coche se paró en el destino, ellos salieron uno tras otra.

José caminó frente a ella y se detuvo por un cruce junto al hotel, alrededor del cual había poca gente.

Apenas él se volvía, Alba se precipitó a decir:

—José, ¿Has visto la nota que te dejé?

El hombre asintió con la cabeza.

—¿Qué te pasó?

El tono de Alba se llenaba de prisa.

—¿Adónde te has ido estos días? Mi padre tampoco se ha quedado en casa.

—Alba, tu padre…

—Olvídalo, eso no importa, hablaremos después —ella lo interrumpió—. José, ahora me encuentro con gran problema, tienes que ayudarme, ¡eres el único que puede ayudarme!

Él aguantó otra vez lo que iba a decir.

—Dime.

Tras diez minutos.

Lorenzo estaba preparando el tinto vino en la habitación. De repente oyó el sonido de tocar la puerta, así dejó el vaso y fue a abrirla tarareando.

—¡Qué rápido! …

Antes determinar de hablar, vio quedarse de pie afuera a un hombre con ropa negro.

Lorenzo frunció el ceño fuerte.

—¿A quién buscas?

Al mismo tiempo, el hombre levantó despacio los ojos, en los que se extendía la intención fría de matar.

Lorenzo sintió el peligro. Mientras iba a pedir ayuda, recibió una patada en el abdomen, luego se vio obligado a golpear contra la pared con fuerza y se cayó al suelo.

Lorenzo se cubrió su vientre con la mano, y apenas pudo hablar por el dolor.

José cerró la puerta y lo tiró arrastrando su cabello hacia más interior de la habitación. El grito de Lorenzo se disimulaba gradualmente por la música en el cuarto.

Con solo el ataque hacía un momento, Lorenzo sabía que él mismo no era capaz de ganarlo, así se apresuró a suplicar:

—Alba esa puta te pide venir aquí, ¿verdad? ¿Cuánto dinero te paga? Te pagaré el doble. No… ¡lo triple! ¡ Te daré todo lo que quieras !

Pero José cogió el cenicero sobre la mesa, y con eso casi sin vacilación le golpeó en la cabeza.

El hombre, quien trató de negociar un poco antes, al instante perdió el sonido y se cayó en el suelo sin moverse.

José recogió su teléfono en el sofá, luego buscó por toda la habitación. Por fin encontró unos discos y luego salió rápido de aquí.

Cada minuto en que Alba esperaba abajo era el tiempo más insufrible en toda la vida.

Finalmente José salió, Alba se levantó de inmediato y le preguntó nerviosamente:

—José, ¿cómo está?

Él sacó del bolsillo de ropa el teléfono y unos discos y se los entregó.

Ella los tomó con las manos tembladas.

—¿Todos están aquí?

—Sí.

Alba se alivió, y le preguntó como si se le ocurriera algo:

—¿No los has visto?

José negó con la cabeza.

—No.

—Bien.

Justo cuando ella los puso en su bolsa, vio la sangre goteando de su cuerpo. Alba dio un paso atrás inconscientemente, con la cara llena de espanto.

José bajó la cabeza a observar.

—Son las heridas en mi cuerpo.

Preguntó Alba:

—Pues… ¿es por ti que aquellos hombre me seguían antes?

Capítulo 398: Jamás vengas a buscarme en el futuro 1

Capítulo 398: Jamás vengas a buscarme en el futuro 2

Capítulo 398: Jamás vengas a buscarme en el futuro 3

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO