Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 474

Édgar se fue después de que Claudia llegara a las diez de la mañana.

—Presta más atención a ella —antes de irse, Édgar dijo—. No la dejes salir del hospital ni medio paso.

Cuando Édgar dijo esto, no había ninguna expresión en su rostro. Claudia asintió inconscientemente por la presión de Édgar.

Cuando se cerró la puerta de la sala, Claudia se recuperaron los pensamientos.

—¿Qué le pasa? Te trata como si fueras una prisionera.

—Está enojado conmigo. —Doria se sentó en la cama y se rio avergonzadamente.

—¿Por qué?

—Porque no le dije lo que pasó ayer. Además, me encontré con José solamente.

—Parece que el señor Édgar está celoso de todos los hombres que se acerquen a ti —Claudia suspiró—. Entiendo que él envidia a Stefano, ya que te ha perseguido a banderas desplegadas. Pero José...

—Édgar piensa que José es demasiado peligroso. —Doria dijo.

Cuando mencionó esto, Claudia estaba de acuerdo con Édgar.

—José es bastante peligroso, y él y Alba son el mismo tipo de persona. Creo que la preocupación del Sr. Édgar no es irrazonable. Es mejor que no te encuentras con José solo.

—José no es una persona mala de nacimiento, y también hay una gran diferencia con Alba. Simplemente lo hizo todo para ganar la vida.

—Por cierto, no he tenido noticias de Alba durante mucho tiempo —Claudia suspiró—. ¿Cómo está? ¿Ha arrestado al asesino del caso de Lorenzo?

—No sé —Doria negó con la cabeza—. Cuando fui a la comisaría para describir lo que pasó a la policía, quien me dijo que cuando detuvieran al asesino, me informarían. Aún no me han llamado, por lo que hasta ahora no detendría a nadie.

En cuanto a Alba, no hubo ningunas noticias después de que Doria la llamó la última vez.

José había vivido en la casa de Armando estos días, así que no tenía ningún contacto con ella.

—¿Qué dijo el médico? —Claudia dijo.

—Nada malo —Doria dijo—. Estos días estoy bajo una gran presión y siempre me siento nerviosa, por eso me desmayé cuando estuve estimulada.

—De veras tienes que descansar bien durante un buen rato. Si yo fuera tú, quien esté ocupada todos los días y tenga tantas cosas que me molestan, tendría mucho estrés también.

—Quiero visitar a un psiquiatra. —Doria asintió y dijo después de un rato.

—¿Ya te sientes tan incómoda que necesitas ir a visitar al médico? —Claudia estaba atónita.

—No es por esto —Doria sonrió—. De hecho, quise consultar a un psiquiatra hace unos días, y justamente tengo tiempo libre recientemente.

—Es por... ¿lo que pasó con lo que me pediste venir al apartamento?

—No sé desde cuándo, siempre tengo la ilusión de que ese niño sigue vivo —Doria no lo negó y continuó—. Cada vez que pienso que es la verdad, los hechos me dirán que me he equivocado. Probablemente es mi propio problema.

—No, tal vez haya demasiadas coincidencias —Claudia dijo—, y también me has dicho que Édgar tiene algo que ocultarte, ¿verdad? tal vez sea cierto...

—Me está ocultando algo —Doria negó con la cabeza—, pero son otras cosas.

—¿Otras? ¿Qué son? —Al escuchar esto, Claudia sintió curiosidad.

—Siempre creo que hay otra persona escondida detrás de Daniel que controla la situación. Si lo adivino correctamente, esa persona es William.

—¿William? —Claudia no pudo evitar fruncir el ceño.

—Sí.

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