Agustina dijo esas palabras con despreocupación, como si solo estuviera hablando de matar a una hormiga.
Doria la miró llena de odio:
—Señora Agustina, usted también es madre. Decir algo como lo que usted acaba de mencionar es muy inhumano.
Agustina habló calmademente:
—¿Cuál crees que es mi propósito al hacer todo esto?
—¿Crees que esto es lo que él querría que hicieras?
Agustina se burló:
—¿Tú qué sabes? Israel también es otro zonzo, tratando a un bastardo como a su hermano, lo que ese bastardo tiene ahora debería haber sido suyo.
Doria dijo sin emoción:
—La persona de la que deberías vengarte es la que creó ese accidente de coche en lugar de lanzar tus rabietas sobre gente inocente.
—¿Inocente? Qué gracioso. Si no fuera por ese accidente, el muy cabrón no habría venido a casa a arrebatarle lo que le pertenecía a Israel.
Después de todos estos años, ella aúnseguía creyendo que todo lo que había pasado era por culpa de Édgar.
Doria no creía que ella pudiera cambiar de opinión y tampoco quería perder el tiempo tratando de convencerla.
Agustina le recordó el accidente y su bebé que no llegó a ver el mundo.
Doria no dijo nada, y decidió irse.
Pero, Agustina la miró con maldad y continuó:
—¿Crees que puedes irte así sin más?
Doria fue detenida por un mano que la sujeto de repente.
—Pensé que te habías vuelto más inteligente, pero parece que no. ¿No te has dado cuenta de que todo lo de esta noche ha sido preparado especialmente para ti? —dijo Agustina.
Pronto, un escalofrío recorrió la columna vertebral de Doria. Alguien le cubrió la boca por detrás en el momento en que intentó huir, y una inyección aterrizó en su brazo al siguiente instante. Entonces, de reonete toda su energía se agotó y pronto cerró los ojos.
Después de que se desmayara, Agustina ordenó:
—Llévenla arriba y ejecuten el plan.
—Como ordene.
***
Alex y Eliseo esperaron veinte minutos en el vestíbulo pero no vieron a Doria aparecer, por lo tanto, intuyeron que algo raro había pasado.
Alex frunció el ceño:
—Busquemosla por separado.
Aún así, no encontraron a Doria después de una ronda de búsqueda.
—¿Qué debemos hacer ahora? —Eliseo estaba nervioso.
Alex dijo:
—Ir a preguntarles directamente.
—Si la tienen escondida, no nos lo dirán así como si nada.
—No importa, tenemos que hacer un gran problema sobre esto. La estamos poniendo en peligro si no hacemos nada.
Alex se acercó a Saúl mientras hablaba:
—Maestro Saúl.
Saúl se giró y los miró a ambos con desagrado:
—¿Y ahora qué quieren?
Alex dijo con una leve sonrisa:
—No encontramos a Doria por ninguna parte, ¿podríamos molestarle para que nos ayude a buscarla, por favor?
Saúl mantuvo la calma:
—Ni siquiera sabía que había venido, es una maleducada por no acercarse a saludarme.
Eliseo habló con diplomacia:
—No, como cree eso, simplemente ella no tuvo la oportunidad de poder encontrarse con usted y saludarlo. En fin, ahora que es la directora general del Grupo Collazo, no sería muy agradable que la opinión pública se entere de que desapareció en la fiesta de la casa de los Santángel, si fuera así, quizás hasta tenga que involucrarse la policía.
La cara de Saúl se puso rígida:
—¡Patrañas! Ella no es ninguna directora general y no es nada para mí. Vayan a buscarla donde quieran, ella está más familiarizada aquí que cualquiera de ustedes, ¡es imposible que se pueda perder!
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