Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 743

En el cementerio, el cielo, que al principio estaba despejado, se fue cubriendo poco a poco con unas nubes oscuras, y se oscureció al instante.

Había una gran sensación de opresión, ya que se avecinaba una tormenta.

Todos contuvieron la respiración mientras esperaban la respuesta de Boris. Era como si sus vidas estuvieran en sus manos.

Mientras esperaban con la respiración contenida, Boris rió suavemente:

—¿Así que debo darte las gracias?

César frunció los labios y sus ojos, ocultos tras las gafas, tenían un brillo torvo.

La batalla estaba a punto de estallar.

César tenía bastantes hombres con él, pero acababan de ser tratados por los hombres de Boris, y la mayoría de ellos estaban muertos o heridos.

En una situación así, no tenía ninguna ventaja.

La única razón por la que seguía aquí para negociar con Boris era que todavía tenía a Ning en sus manos.

Boris dio un paso adelante y dijo en tono despreocupado:

—Tu mayor triunfo de hoy no es más que arruinar las cenizas del abuelo. Pero, ¿has comprobado que realmente son sus cenizas?

La cara de César cambió:

—¿Manipulaste las cenizas?

—Te equivocas. No hay cenizas en absoluto.

En ese momento, la madre de Boris ayudó a Gabriel a salir de su lado. Aunque cojeaba con un bastón, aún parecía estar de buen humor y no tendría problemas para vivir unos cuantos años más.

Ning estaba entusiasmado:

—Bisabuelo...

César estalló en una risa histérica:

—Has montado un buen espectáculo. Bueno, bueno, bueno, resulta que soy yo el que no se va a ir de aquí hoy.

Luego miró a Rodrigo y se burló:

—Hermano ... No esperaba que hubieras tendido esta trampa con ellos, y que llegaras a utilizar a tu propia hija como cebo...

Gabriel suspiró:

—César, después de todo esto, ¿todavía no vas a volver?

—¿Regresar? ¿Por qué iba a volver? En todos los años que he estado desterrado de la familia Curbelo, ¡nunca me has dado la oportunidad de volver atrás!— César atrajo a Ning y le puso la pistola en la cabeza:

—Bien, ya que todos han llegado hasta aquí, terminaré esta última función con ustedes. Incluso si muero aquí hoy, tengo a Ning para enterrarlo conmigo.

Ning gimió con voz quebrada:

—Tío...

gritó Rodrigo:

—¡César! Has visto crecer a Ning. ¿Realmente vas a matarla?

César se rió con indiferencia:

—¿Por qué debería importarme eso ahora que voy a morir?

Dijo Boris:

—Suéltala y podrás abandonar Ciudad Norte.

Probablemente, César no esperaba que le hiciera una oferta tan directa, y sus ojos se entrecerraron ligeramente como si estuviera evaluando la verdad de sus palabras.

Boris continuó:

—No tienes otra opción.

Un momento después, César dijo:

—De acuerdo.

...

Cuando César se llevó a Ning, todos los hombres de César fueron desalojados. Toda la familia Curbelo se sintió completamente aliviada.

Dijo Gabriel:

—Hoy os he dado un susto a todos, pero me alegro de que no haya habido peligro. La familia Curbelo no perdonará a este cabrón y seguro que os dará una explicación. Se hace tarde, así que id a casa a descansar.

Las palabras de Gabriel suenan reflexivas pero al mismo tiempo incuestionables, por lo que incluso algunos de los miembros de la familia Curbelo que tenían objeciones dejaron de hablar y se fueron.

El día de hoy había sido un susto tan grande para todos que no se molestaron en profundizar en los detalles ni en los motivos. En cuanto a qué hacer con César, como Gabriel ya lo había dicho, tendrían que esperar y ver.

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