NADIE COMO TÚ romance Capítulo 421

Al fin y al cabo, después de horas de camino, ahora estaba acostada en la cama, Valeria sólo sentía que le invadía una oleada de somnolencia y no tenía más pensamientos sobre otras cosas.

Un suave golpe en la puerta rompió su hermoso sueño. Al abrir los ojos, Valeria descubrió que la habitación estaba poco iluminada y que ya era de noche.

—Valeria— La voz de Aitor sonó desde la puerta.

—¿Qué pasa?— La voz de Valeria era áspera, con el sonido de haber despertado.

—¿Acabas de despertarte?— Aitor preguntó.

—Vamos a salir todos a una barbacoa esta noche y hemos quedado en encontrarnos delante del hotel en media hora, así que deberías recoger rápidamente.

Tras arreglarse la ropa y el pelo, Valeria abrió la puerta de su habitación y se sorprendió al ver a Aitor.

Aitor que tenía delante debía de haber terminado de ducharse, su pelo no estaba completamente secado y aún llevaba algo de humedad. No llevaba el traje habitual, sino un raro top blanco de punto con un pantalón negro informal debajo. El conjunto tenía un aspecto indescriptiblemente fresco, no como el de un treintañero de la alta sociedad, sino como el de un universitario que acabó de salir de la escuela.

Valeria recordó que Aitor siempre había tenido una mirada tranquila y firme, incluso cuando estábamos juntos antes, rara vez lo había visto con ropa tan juvenil, por lo que se congeló por un momento, pero rápidamente se adaptó a ella.

—Gracias, lo sé, puedes bajar primero, bajaré sola después— Tras decir esto con voz fría, Valeria no volvió a mirar a Aitor y se dirigió directamente al lavabo.

Aitor originalmente quería esperar a Valeria para bajar juntos, pero al ver su reacción, comprendió en su corazón que ella debía ser extremadamente reacia a que todos los vieran salir juntos.

Ya era bastante difícil conseguir que Valeria aceptara compartir una habitación con él, y Aitor no quería molestarla por asuntos tan triviales. El desarrollo de las cosas debía hacerse despacio, paso a paso, demasiada prisa no estaba destinada a conducir a ningún buen resultado.

Cuando Valeria se lavó y salió, vio que Aitor ya no estaba en la habitación, por lo que no pudo evitar sentirse aliviada. Tenía mucho miedo de que Aitor se bajara con ella, y si todos lo vieran, no sabrían qué decir a sus espaldas.

Cuando Valeria bajó, la multitud casi se había reunido, y el grupo de personas caminó hacia el puesto de barbacoa.

De camino al coche, Valeria se dio cuenta de que varias compañeras miraban a Aitor, y no dejaban de reírse y discutir algo, con rojo en la cara.

Sin pensarlo demasiado, Valeria supo lo que estaban discutiendo, que no era otra cosa que la alabanza y la estima por Aitor.

Jacobo debía haber llegado esta tarde, en este momento era acompañado por Aitor sentado juntos en el frente, no sabía lo que estaba discutiendo. Al ver la expresión seria en su rostro, que realmente podía atraer la atención de las chicas, Valeria se sintió un poco incómoda sin razón, y no pudo evitar burlarse de su corazón, realmente podía engañar a las chicas.

La barbacoa se encontraba no muy lejos de la playa y llegaron pronto.

La brisa salada del mar, el resplandor plateado del agua iluminada por la luna y una hoguera no muy lejana conforman un hermoso espectáculo.

Todo el mundo se emocionó al ver esta escena tan conmovedora y romántica, y una vez que salieron del coche, corrieron hacia la playa entre vítores y empezaron a reírse y perseguirse.

Valeria también fue arrastrada por Lola para jugar con todos.

Aitor, que observaba desde la distancia, escuchó el chillido de felicidad de Valeria y una sonrisa apareció inconscientemente en su rostro, que ella fuera feliz era lo más importante.

—Señor Aitor, es una rara oportunidad, ¿no quieres ir a acompañar a la señora Valeria?— preguntó incrédulo Jacobo, que acompañaba a Aitor. ¿No deberías cultivar vuestra relación lo antes posible mientras ella estaba contenta ahora?

—No, es bueno que se divierta— Al rechazar la oferta de Jacobo, un rastro de desaliento brilló en los ojos de Aitor. Si se acercara, se temería que se iría inmediatamente. Hacía mucho tiempo que no la veía tan feliz, así que era mejor no perturbar su estado de ánimo.

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