¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 262

-¡Suéltame! Rolando, ¿cómo te atreves a entrar en mi habitación? -

-¡Cállate! -

Mateo estaba muy enfadada de que incluso en aquel entonces, esta mujer todavía pensara que era Rolando.

-¿Estás gritando a mí? ¡Soy tu cuñada! -

Rosaría se enfureció al instante.

Pensaba, "¿Qué pasa con Rolando?"

"¿No sabe que los hombres tienen que mantener cierta distancia con las mujeres?"

"¿No era Mateo muy tacaño?"

Estaba resistiendo con toda la fuerza e incluso comenzó a darle golpes y patadas, olvidando por completo el dolor y el agotamiento que sentía.

Sólo pensaba en una cosa: no podía dejar que Rolando se quedara allí, y no podía dejar que continuara abrazándola. ¡Esto era demasiado indecente!

Tal vez fue por el potencial que tenía Rosaría, estaba agitando sus brazos y no se dio cuenta de que le había dado una bofetada tan fuerte a Mateo, lo que hizo ambos aturdidos.

-Bueno, no lo hice a propósito, pero tienes que soltarme ahora mismo. Soy tu cuñada -

Dijo débilmente Rosaría. Su pequeña cara con la expresión de una señora humillada hizo que Rolando se enfureciera.

-¡Cuñada de cojones! -

Él incluso dijo palabrotas.

Incluso logró hacer a un hombre tan educado decir palabrotas, de verdad Rosaría no era una persona cualquiera.

Sin embargo, ella no lo creía.

-¿Cómo puedes decir palabrotas? Te digo que soy tu... -

Antes de que Rosaría pudiera terminar sus palabras, Mateo la arrojó directamente a la cama. En el momento siguiente, se echó encima de ella. Antes de que Rosaría pudiera resistir, ya le había dado un beso en sus labios blandos.

Rosaría estaba muy enfadada.

"¿Qué pasa?"

"¿Soy besada a la fuerza por el hermano de mi marido?"

"¿Cómo podría ser esto?"

"Si Mateo se enterara de esto, estaría enojado hasta la muerte."

Rosaría resistía ferozmente incluso mordió a Mateo.

Un olor de sangre impregnó instantáneamente entre sus labios y dientes.

Mateo sintió un dolor insoportable y no tuvo más remedio que soltarle.

-¿Eres un perro? -

-¿Cómo te atreves a hacerme esto? ¡Lárgate! -

Rosaría levantó el pie y pateó hacia él. Era súper rápida y fuerte su patada.

Menos mal Mateo logró esquivar el ataque, pero no esperaba que Rosaría al momento siguiente recogiera directamente el jarrón en la mesa y lo lanzara hacia la frente de él.

-Ya te dije antes, soy tu cuñada. ¿Cómo te atreves a hacerme esto? Rolando, ¿ya no quieres vivir más? -

Rosaría estaba tan enojada que sus ojos se pusieron rojos.

Pensaba, "¡Qué cabrón!"

"¿Cómo se atrevió a hacerme esto?"

"Aunque vivimos en un sitio alejado de la ciudad, ¡tampoco puede hacer esto a mí!"

Mateo le quitó el jarrón de la mano. Al mirar a Rosaría estar a punto de llorar por enojo, soltó un suspiro y dijo -¿Eres ciega? Abre tus ojos y fíjate bien a ver quién soy -

-¿Quién más puedes ser? ¿No eres Rolando? Te digo que yo -

-¡Rosaría! -

En ese instante, lo que quería hacer Mateo no era más que lanzarle el jarrón. No entendía cómo podía estar tan segura de que era Rolando.

Se sorprendió por la ira de Mateo.

Al ver esto, de repente sintió que la persona frente a ella se parecía más a Mateo.

-No me mires así. No pienses que no me atreva a hacerte daño por tener la misma cara que tu hermano. Yo te digo, si te atreves a seguir haciéndome daño, voy a lanzarte una otra patada mucho más fuerte. De todos modos, ya tienes un hijo Adriano -

Al oír sus palabras, los labios de Mateo empezaron a crisparse.

-Rosaría, tienes mucho gallo. Nunca has visto a mi hermano, sin embargo, me reconoces como Rolando. ¿Cuántas ganas tienes de verle? -

Mateo estaba tan enojado que sentía opresión en el pecho, y le dolía como si alguien le estuviera pinchando con agujas.

Al oír sus palabras, se quedó desconcertada por unos momentos. Ella no entendió lo que Mateo quería decir. Le contempló sin recordar que solo llevaba una camiseta.

Todo su cuerpo estaba lleno de magulladuras, los tatuajes que tenía no pudieron ocultarlas.

Al ver que estaba tan sorprendida, Mateo suspiró y dijo -Para ti, ¿Rolando es una persona tan maleducada? -

-¿No eres Rolando? -

-¿Qué tú crees? ¿Cuándo te dije que soy Rolando? -

Mateo no sabía qué decir.

Su esposa no lo reconoció. Vaya, nunca quiso mencionarlo de nuevo en su vida.

Rosaría, sin embargo, no se atrevió a bajar su guardia.

-¡Espera! No te acerques a mí. Dijiste que eres mi marido. ¿Cómo lo puedes probar? -

Al escuchar lo que dijo ella, Mateo se volvió tan enojado que tenía ganas de reír incluso.

-¿Cómo puedo probarlo? Rosaría, ¿eres tonta? ¿No me conoces? Me cuesta mucho para llegar aquí. Cada noche la pasé en vela por extrañarte. ¿Me estás diciendo que no me conoces? ¿Es que te he consentido demasiado o te volviste loca por caer en el mar? -

Capítulo 262: ¿No dijiste que eres mi cuñada? 1

Capítulo 262: ¿No dijiste que eres mi cuñada? 2

Capítulo 262: ¿No dijiste que eres mi cuñada? 3

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡No huyas, mi amor!