Rosaría dejó el lugar de disparo con Eduardo y luego los dos se reunieron con Mateo.
Y Laura se había divertido mucho también.
Mateo vio que Eduardo no parecía muy feliz y le preguntó con confusión -¿Qué pasa? ¿Por qué estás descontento? -
-No pasa nada -
Eduardo negó con la cabeza.
Rosaría vio que su hijo era un poco infeliz, entonces dijo -Eduardo, si realmente te gusta disparar, puedes aprenderlo cuando crezcas un poco más. Ahora eres demasiado joven y me preocupa que practiques este deporte. ¿Lo entiendes? -
-Lo entiendo -
Eduardo estaba muy callado y parecía muy obediente. Pero era, en realidad, muy perseverante en lo que quería hacer y nadie podía impedirlo.
Al ver que Eduardo parecía haberlo entendido, Rosaría soltó un suspiro de alivio y se dirigió a Mateo -Acabo de encontrarme con una persona que no me parecía simpática, así que no dejé que Eduardo hablara con él -
-¿Quién era? -
-Dijo que era del club de disparo. En cualquier caso, me dio una mala impresión y no le hice caso -
Rosaría lo explicó concisamente y no lo tomó muy en cuenta.
Laura había jugado tan ilusionada que ahora sentía un poco de cansancio, por eso, los cuatro decidieron regresar a la mansión de la familia Nieto.
La señora Lorena los vio regresar, sonrió y dijo -¡Qué os ha pasado! ¡Fuisteis a la guardería infantil por solo un día y los niños se han ensuciado de tanto barro! -
Al ver a Laura tan sucia, la señora Lorena apresuradamente mandó llevarla a bañarse.
Eduardo, por el otro, fue al baño él mismo.
Rosaría y Mateo también estaban un poco cansados.
Mateo notó el cansancio de Rosaría y le dijo en voz baja -Ve a la habitación y descansa un poco. Te llamaré cuando empiece la cena -
-No es para tanto. Puedo ir a la cocina a preparar algunos platos. Has dicho que querías comerlos, ¿no? -
-Todavía tenemos mucho tiempo. ¿Acaso temes no tener suficiente tiempo para cocinar para mí? Ve a descansar. ¿O quieres que te lleve? -
Mateo dijo esto en la presencia de la señora Lorena, lo cual hizo a Rosaría sentirse muy avergonzada, pero a Mateo no le importaba nada.
La señora Lorena tosió y dijo -¡Qué amorosos sois! No puedo soportarlo con mi avanzada edad. Es mejor que yo os deje y vaya a cuidar mis flores -
Apenas terminó de hablar, se fue.
Rosaría le dio a Mateo un leve golpe en el pecho, muy avergonzada, y dijo -Todo es tu culpa -
-¿Qué importa? Somos una pareja. Nuestra mamá también ha experimentado el período de estar enamorada. Ella lo entiende -
Dijo Mateo mientras le dio un beso en la cara.
Rosaría rápidamente miró a su alrededor y sintió que lo que había hecho Mateo no era oportuno en casa.
La señora Lorena, después de tomar unos cuantos pasos, de repente se detuvo y se volvió a decir a Mateo -Rolando ha regresado. Ahora está en el estudio. Parece que está regañando a Adriano. Puedes ir a verlos. Adriano es tan joven. Dile a Rolando que no sea demasiado estricto con él. Aunque es hijo de la familia Nieto, no llega al punto de comenzar la instrucción en tan tierna edad -
Terminando de decir eso, la señora Lorena se fue finalmente.
Mateo se sintió un poco sorprendido.
Rosaría notó con sensibilidad que Mateo estaba un poco molesto.
-¿Qué pasa? ¿Has peleado con Rolando? -
Mateo admiró mucho la perspicacia de su esposa. Dijo en voz baja -Nada. Solo es que tenemos una pequeña discrepancia. Hablaré con él -
-Entonces, vete. Voy a descansar un poco -
Rosaría estaba a punto de irse, pero Mateo la cogió en los brazos y caminó hacia la habitación.
-Rolando no puede huir del estudio. Te llevo arriba primero -
Al ver esto, todos los sirvientes a su alrededor sonreían a escondidas.
La intimidad entre Mateo y Rosaría los hacía muy celosos.
Rosaría dijo avergonzada -Suéltame. ¡Tengo piernas! No necesito que me lleves -
-Justo me gusta tu delicada apariencia, especialmente cuando estás en mis brazos -
Dijo Mateo en un tono bajo, lo cual hizo que Rosaría se sonrojara rápidamente.
-¡Cállate! -
Rosaría sintió que Mateo era demasiado frívolo.
Mateo dejó de bromear con ella. La llevó directamente a la habitación y la colocó en la cama.
-Ten cuidado al tomar la ducha. No te caigas. El suelo del baño es muy resbaladizo -
-Lo sé. No soy como los niños. Vete rápidamente -
Rosaría sintió dulzura por sus palabras, pero también estaba muy avergonzada.
No estaban recién casados. ¿Qué pensarían los sirvientes y la anciana sobre este comportamiento tan íntimo?
A Mateo no le importaba, pero a ella sí.
Al ver a Rosaría ruborizada, Mateo sintió algo de sexualidad.
-Realmente quiero abrazarte. ¿Por qué no dormimos por un rato? -
Mientras hablaba, caminaba hacia adelante.
-¡Vete! -
Rosaría le dio una patada a Mateo en el muslo con un pie.
-¡Dios mío! ¿Estás tratando de lisiarme? ¿No tienes miedo de ser viuda en el futuro? -bromeó él.
Mateo rápidamente agarró su tobillo y lo frotaba con la yema de los dedos con delgada callosidad.
Rosaría sintió un golpe de entumecimiento en todo el cuerpo y casi gritó suavemente.
-¡Mateo! -
-¡Sí, estoy aquí! -
Respondió Mateo seriamente.
Rosaría sintió que estaba a punto de morirse de lo embarazosa que estaba.
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