Mateo sabía que señora Lorena se enfadaría, pero no esperaba que se hubiera enfurecido. Así que se le acercó a ella para coger la muleta, pero llegó tarde.
La muleta chocó directamente contra la frente de Rolando e inmediatamente dejó un moretón. Se notaba que le golpeó con mucha fuerza.
Sin embargo, su ira no presentó ningún viso de desaparecer, por la cual casi perdió el equilibrio.
-No culpes a tu hermano por haberte golpeado. Es que eres un monstruo. ¿No sabes cuántos años tiene Adriano? ¡Solo tiene cuatro años! ¡Mira como él se queda ahora por tu culpa! Cuando tú tenías cuatro años, ¿yo te había golpeado alguna vez? ¡Él es tu hijo! ¿Cómo puedes tratarle así? ¿Estás loco? -
Mientras hablaba, sus ojos se humedecieron.
Pensaba, "Adriano es mi nieto."
"Pensaba que le llevó Rolando para darle clases. Nunca esperaba que terminara así."
-Mamá, cálmate, siéntate primero -
Cuando Rosaría vio que señora Lorena apenas podía respirar por estar enfurecida, rápidamente se le acercó para cogerle la mano y le llevó a un lugar tranquilo para que se sentara.
Las lágrimas de señora Lorena corrieron por la mejilla.
-Has experimentado muchas cosas. Sí que eres el presidente del Grupo Nieto ahora, ¿pero crees que puedes hacer cualquier cosa que te dé la gana? Tu hermano ha llevado muchos años en ese puesto, ¿alguna vez le viste golpear a su hijo? -
Rolando finalmente habló.
-Mamá, Adriano y Eduardo son distintos. Adriano es demasiado estúpido. A quien madruga dios lo ayuda -
-¡Cállate ya, gilipolla! -
Señora Lorena raras veces decía palabrotas. Pero en ese momento no se pudo contener más por culpa de Rolando.
-¿Mi nieto es estúpido? ¿Qué problema tiene Adriano? ¿No es inteligente ni aplicado? Siempre lo comparas con Eduardo. Dime cuantos niños existen en este mundo que son tan talentosos como Eduardo. ¿Por qué siempre insistes en que Eduardo y Adriano tienen que tener los mismos éxitos? ¿Qué te pasó Rolando? Antes no fuiste así -
Rolando respiró hondo y dijo -Todos son hijos de la familia Nieto. Si no lo comparo con Eduardo, ¿con quién más debo compararlo? Mamá, desde la niñez mi hermano siempre ha sido más inteligente que yo. Ahora Adriano tampoco es tan talentoso como Eduardo. Solo puede esforzarse más si quiere estar a la misma altura de él -
-¿Qué estás diciendo? Eduardo y Adriano llevarán una vida diferente. No tiene nada que comparar -
Las palabras de señora Lorena hicieron que Eduardo se sintiera un poco culpable.
Pensaba, "¿Le golpeó a Adriano por mi culpa?"
Eduardo miró a Adriano y dijo en voz baja -Lo siento -
-No fue tu culpa -
-La culpa tengo yo por ser demasiado estúpido -Adriano dijo moviendo la cabeza.
-No eres nada estúpido. Eres muy bueno. Me caíste muy bien. La verdad es que a veces eres más inteligente que yo. ¿Recuerdas cuando estábamos en el patio trasero? Yo no sabía cómo atraer la hormiga pero tú lo conseguiste. Así que eres más inteligente que yo -
Eduardo no quería que Adriano pensara así.
Pensaba, "¿Qué pasó?"
"Hace poco no se llevó muy bien todo el mundo."
Al escuchar sus conversaciones, Rolando dijo -¿Lo escuchaste mamá? Eduardo ya sabe hacer programación con los ordenadores cuando solo es un niño. Mientras tanto, Adriano solo sabe cómo acabar con las hormigas. ¡Esta es la diferencia! No puedo permitir que mi hijo sea así. Por eso, hace falta estrenarle -
-¿Por eso lo golpeaste con tanta fuerza? ¡Él es tu hijo, no tu soldado! -
El cuerpo de señora Lorena estaba temblando por la ira.
-Ve a la sala ancestral y arrodíllate delante de tu padre para reflexionar sobre lo que has hecho -
Señora Lorena estaba enfurecida.
Rolando no dijo nada. Se puso de pie y se fue.
-¡Rolando! -
Mateo quería añadir algo. Pero Rolando ya se había ido al estudio.
-¡Papá! -
Adriano quería irse con él, pero Rolando le impidió con una mirada.
Tenía miedo de él.
Adriano tenía miedo de Rolando.
Rosaría notó el miedo en los ojos de Adriano.
Era un miedo que emanaba de su crédula.
Sentía pena por él.
-Mamá, no te enojes. Cálmate. Llamaré a alguien para que te limpie el estudio -
Mientras tanto le hizo señal a Mateo con la mirada.
Mateo lo entendió al instante.
-Mamá, siéntate. Yo también tengo la culpa de lo que pasó hoy. Llamaré a alguien para que limpie aquí. Rosaría llevará a Adriano para aplicarle pomada. Hablamos más tarde si pasa algo, ¿vale? -
Al escuchar lo que dijo Mateo, señora Lorena asintió con la cabeza.
-Adriano, ve al cuarto de tu tía. Le aplicará pomada. Me da mucha pena verte así mi niño -
-Gracias abuela -
Adriano se tambaleaba.
Rosaría rápidamente pidió a Eduardo que llevara a Adriano a su cuarto.
Después de que se fueron los niños, Rosaría dijo a Mateo -En la sala abajo hay un botiquín. Quédate aquí para acompañar a mamá. Aplícate alguna pomada también -
-De acuerdo. No te preocupes por mí -
Mateo sabía que a Rosaría le preocupaba. Pero en ese momento no pudo cuidarle debido a Adriano. Era que Adriano tenía muchas heridas y hacía falta tratarlas.
-Él tiene muchos moretones en el cuerpo. Quítale los pantalones también. Seguro que tendrá muchas heridas en las piernas también -
Las palabras de Mateo hicieron que los ojos de Rosaría se humedecieran.
-De acuerdo -
Señora Lorena quería decir algo, pero al final no dijo nada.
Rosaría salió rápidamente del estudio y llegó a la habitación.
Eduardo estaba tan nervioso que casi lloró. Tan pronto como entró en la habitación, fue a quitarle el abrigo de Adriano.
-Quítate la ropa para que te vea -
-Estoy bien, de verdad -
Adriano le esquivaba para que Eduardo no le quitara la ropa.
Eduardo estaba tan enojado que lloró por primera vez en su vida.
-¿Qué problema tiene tu padre? ¿Por qué te golpeó? Cada uno es diferente en cuanto a la inteligencia. ¿Por qué te compara conmigo? ¡Si no fuera mi tío, lo habría golpeado! -
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