Oh, papá, si supieras el desastre que he sido precisamente porque me gustan los chicos y cuando paso más de 8 meses sin tener sexo recurro a mi vibrador humano. ¡Si supieras!
—Me gustan los chicos.
—Cualquiera creería que la encantadora rubia es tu novia.
—Bueno, así cualquiera se va por las chicas— río—, pero en serio no digas más eso de él. Sobre todo cuando estamos con su familia, en su casa y presencia de su novia.
Papá mira de Paul a mí, hace el movimiento varias veces antes de sacudir su cabeza y darme una pequeña sonrisa burlona ¡Primera vez en años!
—No te hacía con un escritor, conociendo la cantidad de barbaridades que puedes decir no me esperé que te gustará un hombre de palabras suaves.
Bien jugado, Eli. Bien jugado.
Sophia anuncia que servirá la comida y no sé muy bien qué hacer, siendo honesta yo ni siquiera sé qué hago aquí. Si papá no hubiese perdido alguna apuesta estaría quizás hablando un montón con mi mitad rubia, pero heme aquí, robando vistazos de Paul Coleman y recibiendo miradas no amistosas de su novia.
Tomo asiento al lado de papá dentro del círculo improvisado de sillas que se hace, algo informal pero hogareño. Harold, padre de Liam, llega y detrás de él viene otra adolescente ¿Cuántos son en esta familia? Hago un conteo rápido y habremos 18 personas.
La silla de mi lado se desliza antes de que un plato aparezca frente a mí.
Volteo y se trata Eddy, le sonrío.
—Gracias.
—No hay de qué. Me siento a tu lado porque prometí a Alex que te sacaría información y si no lo hago él llorará.
— ¿Así de sensible es Alex?
—Muy sensible. Una vez Pau piso una hormiga y Alex lloró.
—Ya, pobre Alex— me río y él también lo hace antes de comenzar a comer.
Me giro hacia papá, no sé en qué momento le dieron su comida, pero su vista está en la mamá de Paul que ríe de algo que dice su esposo. Veo la tristeza y nostalgia en los ojos de papá. Es la mirada que tiene cuando piensa en mamá.
—Apuesto a que la comida no está tan deliciosa como la mía.
—Cualquier comida es mejor que la tuya, mi Eli— es todo lo que dice antes de comenzar a comer y dejar atrás esa mirada.
La comida verdaderamente está muy buena, varias conversaciones se llevan a la vez. Comienzo a asustarme de mi misma cuando reconozco la risa rasposa de Paul, no puedo evitar verle en diagonal a mí riendo de lo que sea que Liam le dice, Alex niega con su cabeza mientras Nicoleta sonríe y le acaricia el cabello a Paul. Espero y con la mano que le manosea el cabello no toque la comida.
—Te esperaba más explosiva.
— ¿Eh? — me giro de nuevo hacia Eddy, se encoge de hombros.
—Pau dijo que tú eras puro fuego, chispa e inesperada. Y lo creí por sus correos, pero solo vi muestra de eso cuando atacaste a Nicole cuando saltó a tu yugular.
—Bueno, no sé exactamente qué esperas que haga. Solo soy una invitada.
—Eres una estrella. Y no lo digo precisamente porque estés en un programa.
— ¿Entonces?
—Ah, no puedo ponértelo tan fácil Elizabeth.
—Elisabeth.
—Ambos sabemos que también eres Elizabeth. Incluso Nicky bunny ahora lo sabe.
—No te agrada.
—No me agrada que mi comida esté fría, no me agrada la falsedad y no me agradan las personas que abandonan a sus mascotas luego de prometerles un hogar. Eso es mi definición de desagrado, pero ¿Nicole? Ella no me desagrada, ella me molesta, me irrita y es la razón por la que enviaría a Paul a algún otro continente donde nunca lo encuentre.
—Eso es profundo y poético.
— ¿Qué puedo decirte? La quiero mucho, demasiado.
No puedo evitar reír. Decido que la ácida y un tanto extraña personalidad de Eddy me agrada.
— ¿Ves a ese Paul de ahí sentando como si la vida pesara sobre sus hombros? No es el Paul que va por tragos con Alex y conmigo, no es el divertido de los chistes raros ni quien parece que no puede ver una máquina de karaoke porque de inmediato quiere cantar alguna mierda pop comercial.
En serio, he perdido la cuenta de cuántas veces Pau ha cantado sexy back.
»Cuando él está con ella, es como si todo eso fuera absorbido y jugara un papel. Claro, que él es idiota y se somete a eso —rueda sus ojos—, pero sé que está a nada de liberarse, entonces ¿Qué hay de ti?
— ¿A qué te refieres?
— ¿Has leído lo que Paul ha escrito de esa historia? — me observa divertido.
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