Novia del Señor Millonario romance Capítulo 10

Resumo de Capítulo 10: Novia del Señor Millonario

Resumo de Capítulo 10 – Uma virada em Novia del Señor Millonario de Internet

Capítulo 10 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Novia del Señor Millonario, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura amor después del matrimonio, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

Bella

La actitud de Herbert me motivó a terminar los cálculos antes del lunes. A partir de ese día, decidí no salir de la oficina y solo centrarme en terminar el presupuesto.

'Si tengo hambre, puedo comer galletas o fideos instantáneos', pensé. 'Si tengo sueño, me acuesto y duermo por una hora'. Sin embargo, después de un par de días, me sentía agotada y mis ojeras eran muy visibles.

Cuando Joey llegó a la oficina, temprano por la mañana, corrió hacia donde yo estaba y me preguntó: "Bella, ¿por qué vino el Sr. Wharton hasta aquí?"

La miré sin poder comprender lo que me decía. "¿El capitalista?" Pregunté. "Él no ha venido".

"Acabo de verlo salir de aquí", Joey me dijo. "Cuando estaba entrando, él salía".

En ese momento comprendí que Herbert había venido en secreto, para reírse de mí. Él estaba seguro de que no iba a poder terminar el presupuesto antes del lunes.

"M*ldita sea", dije, subiéndome las mangas. Tengo que demostrarle que sí soy capaz de hacerlo.

"Ya veo", Joey respondió. "Él vino hasta aquí en secreto. Le debes gustar".

"Eso es imposible", dije, indignada. "Él no ha venido a verme, ha venido a ver si estoy desesperada porque no puedo terminar de hacer los cálculos y se está riendo de mí".

En un instante, la expresión de Joey cambió. Pasó de estar relajada a estar muy seria. "Bella, lo siento", dijo en un tono de disculpa. "Siento haberte metido en problemas. A pesar de que has estado ocupada durante estos días, no he podido ayudarte".

"Estoy bien, estoy bien", le aseguré, al ver su rostro lleno de culpa. "Ahora no estás pasando por un buen momento y tu hermano es un inútil. Tu madre solo te tiene a ti, así que ve rápido a trabajar y no te preocupes por mí. Yo estoy bien".

"Gracias". Joey respondió, estaba al borde de las lágrimas. Luego se dio media vuelta y regresó a su cubículo.

Después que se fue, bajé la cabeza y seguí trabajando. Desde ahora, cada minuto y cada segundo eran muy importantes.

El domingo por la noche mis colegas se fueron de la oficina mientras yo seguía trabajando duro frente a la computadora.

De pronto, escuché pasos acercarse a la oficina vacía y me asusté.

Volteé y vi a un hombre con traje negro aparecer frente a mí. Casi salté del susto.

Al ver quién era, decidí no mirarlo, ya que no quería hablar con él.

"Solo te quedan unas cuantas horas antes de la reunión de licitación", el hombre dijo con frialdad. "¿Estás segura de que puedes terminar con los cálculos?"

Había entrado a trabajar a esta empresa después de graduarme de la universidad. Ya habían pasado tres años desde eso y había estado trabajando duro todo este tiempo. Era gracias a mi salario que podía mantener a mi hermana y a mi madre, por eso estaba muy agradecida con la empresa...

"Sí, entiendo", respondí. "No se preocupe que he hecho todo lo posible por verificar que todo esté correcto. Puedo garantizar que el presupuesto no tiene ningún error".

Herbert se quedó mirándome sin decir una sola palabra.

"Iré a sacarle copias al documento", dijo, levantándose de su asiento. "Hay un baño en el salón de ahí. Ve y báñate".

"¿Bañarme?" Pregunté, sosteniendo mi pecho. Estaba muy nerviosa y no podía quitarle los ojos de encima al hombre que tenía frente a mí.

¿Por qué de repente me dijo que me bañe?

¿Qué era lo que este hombre quería de mí?

Todo este piso le pertenecía a la empresa y a esta hora nadie venía a trabajar. Si me obligaba a acostarme con él, ¿quién iba a ayudarme?

¿Qué debía hacer?

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