Leia Capítulo 107 com muitos detalhes únicos e culminantes. A série Novia del Señor Millonario é um dos romances mais vendidos de Internet. O capítulo Capítulo 107 mostra a heroína caindo no abismo do desespero e da angústia, de mãos vazias, mas, inesperadamente, um grande evento acontece. Então, qual foi esse evento? Leia Novia del Señor Millonario Capítulo 107 para mais detalhes.
Bella:
Dos días después, estaba en la cama escuchando un poco de música y a punto de dormirme cuando tocó la puerta. Me levanté para abrirle a Joey, me había dicho que vendría hace una hora. ¿Quién más podría ser sino?
Sin embargo, grande fue la sorpresa que me llevé cuando vi a Herbert afuera. Intenté cerrar la puerta, pero él me ganó y entró a la fuerza. Retrocedí con cautela y me tapé con los brazos porque no llevaba sostén. Mientras él cerraba la puerta detrás de sí, no pude evitar recordar lo que habíamos hecho la otra noche y me pregunté si habría venido por otra ronda.
Aunque su toque siempre me hacía perder la razón, me dije a mí misma que no podía sucumbir otra vez. Tenía que ser fuerte y no dejarme llevar por la pasión. Nosotros ya no estábamos juntos y no había razón para que estuviéramos teniendo estos encuentros. ¿Quién se creía Herbert? No podía venir a mi casa sin permiso y esperar que lo llevara a mi cama. ¿Por quién me tomaba?
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté.
—No voy a hacer nada. Quería verte porque mañana me voy de viaje.
—¿Verme? ¿A estas horas de la noche? ¿Por qué te tomas estas confianzas, Herbert? Si quieres verme, deberías invitarme a salir y esperar que mi respuesta sea positiva para venir. No aparecerte de esta forma —le grité.
—¿Invitarte a salir? ¿Me estás diciendo que aceptarías salir conmigo si te lo pidiera? Por cómo me recibiste, uno pensaría que no me quieres ver ni en pintura. Da las gracias que no traje la puerta abajo tratando de entrar.
—¿Traer la puerta abajo? —le pregunté con sorpresa.
—Si realmente hubiera querido entrar, una simple puerta no me detendría —dijo con calma.
—¡Dios, Herbert! ¿Quién te crees que eres? ¡Vete! ¡Ahora! —volví a gritar enfurecida con sus palabras.
Herbert simplemente se me quedé mirando y comenzó a avanzar hacia mí. Retrocedí con nerviosismo, no podía dejarlo acercarse más a mí, ¿y si se propasaba otra vez conmigo? Miré a todos lados tratando de encontrar una salida y salí corriendo hacia la cocina.
En la mesa había un cuchillo de frutas y lo empuñé como si mi vida dependiera de ello. Sin embargo, Herbert solo atinó a reírse cuando me vio con él.
—¿De qué te ríes? —le pregunté, confundida, pensé que al menos se asustaría un poco al verme con el cuchillo.
—¿Te haría sentir mejor si me causas dolor? —me preguntó con seriedad.
—¡Sí! —respondí sin dudarlo. No quería matarlo, por supuesto, pero estaba tan enojada y asustada que no concebía otra forma de defenderme de él.
—En ese caso —pronunció mientras se colocaba frente a mí y se abría el saco—. ¡Apuñálame las veces que quieras!
Me quedé mirándolo con la boca abierta. Mis ojos se posaron en su pecho y luego en el cuchillo en mis manos. Estaba temblando y ni me había dado cuenta. No quería herirlo realmente, solo había hablado enojada.
Después de unos minutos en los que permanecí paralizada, Herbert se comenzó a reír otra vez y me quitó el cuchillo.
—¿Ya ves? ¡No me quieres herir, no te sigas mintiendo!
—¿Cómo estás tan seguro de eso? —le dije con el ceño fruncido, mientras que internamente me maldecía por ser tan débil.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario