Novia del Señor Millonario romance Capítulo 110

Resumo de Capítulo 110: Novia del Señor Millonario

Resumo do capítulo Capítulo 110 do livro Novia del Señor Millonario de Internet

Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 110, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Novia del Señor Millonario. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero amor después del matrimonio continua a emocionar e surpreender a cada página.

Bella:

Herbert me estaba besando con tanta pasión y furia combinadas que estaba completamente cegado. Me apretó sin cuidado y yo me quejé pero no me escuchó. Una de sus manos comenzó a meterse por debajo de mi pijama y un pánico irrefrenable sacudió mi ser.

No debí haberlo hecho enojar tanto y ahora pagaría las consecuencias. Me abrió la camisa con fuerza y cuando estaba a punto de tirarme sobre la cama, una pequeña voz se alzó desde la cuna.

—¿Papá? —preguntó Lucas mientras se restregaba los ojos con los puños. Inmediatamente, Herbert me soltó y se acercó al pequeño. La furia se había evaporado y había sido reemplazada por cariño. Nunca lo había visto con una expresión tan sincera en su rostro.

—¿Me extrañaste? —le preguntó con delicadeza mientras lo recogía en sus brazos. Lucas asintió todavía medio dormido, y se acurrucó contra su pecho. Podía ver lo cómodo y seguro que se sentía con Herbert.

No dejaba de tocarle la cara con sus manos. Algo que había aprendido durante estos días era que ese era un claro signo de confianza para el niño y lo sabía porque lo había experimentado en persona. De repente, mi mente se quedó en blanco. ¿Acababa Lucas de decirle «papá» a Herbert? Herbert todavía no se había casado con Caroline y no había forma de que el niño fuera de ella.

—Herbert, ¿este niño realmente es tu hijo? —le pregunté, un tanto agitada y emocionada. ¿Y si Lucas era mío también?

—¡Por supuesto que es mi hijo! —me respondió indignado.

—¿Es Lucas nuestro...

—No —me interrumpió tajantemente Herbert, pero no le creí.

—¿Cómo que no? Tiene once meses, ¿no? Si nuestro hijo estuviera vivo, tendría la misma edad. Nunca me dejaste ver su cuerpo ese día...

—Nuestro hijo está muerto, adopté a Lucas de un orfanato —volvió a interrumpirme Herbert.

—¿Lo adoptaste? —dije mientras inclinaba mi cabeza con confusión. No quería creerle, no quería aplastar el pequeño rayo de esperanza en mi corazón, sin embargo, Herbert solo me miró con seriedad.

—Cuando nuestro hijo murió, quedé devastado. Me avisaron que habían dejado a un recién nacido en la puerta del orfanato y caí rendido a sus pies desde la primera vez que lo vi. Así que lo adopté y ha estado viviendo conmigo desde entonces.

—Entiendo, no te preocupes por eso —respondí suavemente—. Creo que debería irme también.

—Quédate a dormir y vete mañana. Es muy tarde y no vas a encontrar taxis en la calle —me pidió Herbert, mientras me veía empacar. Volteé a verlo y asentí con la cabeza. En ese momento, Lucas comenzó a balbucear y se inclinó en mi dirección.

Mi mirada se suavizó y alcé los brazos para agarrarlo. Ni bien estuvo en mis brazos, bostezó y se comenzó a fregar los ojos.

—Tiene sueño, yo lo pongo en la cama, vete a descansar.

—Gracias —respondió Herbert con suavidad. Se acercó para acariciar la cabeza de Lucas y luego se fue. El pequeño ya se había quedado dormido, así que lo transferí con delicadeza a su cuna y me quedé mirándolo dormir.

De hecho, lo último que quería hacer era dejarlo ir, pero mañana tenía que irme. Creo que lo quería más de lo que había querido a Herbert. Aunque había resultado que no era mi hijo, no podía evitar sentir un inmensurable cariño por él.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario