Novia del Señor Millonario romance Capítulo 133

El punto de vista de Herbert:

Las diferencias entre Bella y yo habían sido solucionadas.

Dejamos de pelear y nos abrazamos. Por fin pudimos abrazarnos y besarnos en paz. Fue un momento de dicha.

Bella era una chica muy trabajadora y me pidió que la ayudara con la prueba de CPA.

Por supuesto, acepté hacerlo.

Todos los días esperaba con ansias el momento de regresar a casa después del trabajo para ayudarla con sus estudios.

Por eso, en los días siguientes, traté de salir temprano del trabajo.

Quería verla, tomar su mano, besarla. Por supuesto, lo que más quería era tener sexo con ella.

Este podría ser un impulso instintivo a los ojos de mi amada.

Calculé el tiempo en mi corazón. Su período parecía estar llegando a su fin.

Esa noche, a las siete en punto, me presenté en la puerta de su casa.

Pero quien vino a abrir la puerta no fue Bella, sino su amiga, Joey.

"Señor Wharton, ¡encantada de conocerte!" dijo.

La miré sorprendido por un momento y luego respondí cortésmente: "Hola".

"Adelante. Bella está en la cocina. La cena estará lista pronto". Joey se dio la vuelta y se fue a la cocina.

¿Por qué Joey apareció de repente hoy?

Me lavé las manos, me senté y las observé mientras ponían la comida sobre la mesa.

Mis ojos siguieron a Bella todo el tiempo.

Después de que todos estuvimos sentados, Bella explicó: "Hoy, Joey compró la comida. Yo cociné el plato principal. Esta es nuestra invitación especial para que te conviertas en nuestro maestro".

"¿El maestro de las dos?", dije con el ceño fruncido.

Bella continuó: "Sí, de ahora en adelante, eres mi maestro y el de Joey. Tienes que ser nuestro tutor para el examen de CPA todas las noches. No tenemos otra forma de compensarte, por eso te invitaremos a cenar en el futuro. ¡Prometemos cocinar una cena deliciosa para ti todas las noches!".

Me quedé callado.

Estaba dispuesto a ser el tutor de Bella para poder pasar más tiempo con ella.

Ahora, sin discutirlo antes conmigo, Joey se convirtió también en mi alumna.

¿Qué está pasando aquí?

Joey dijo: "Señor Wharton, escuché que ibas a ser el tutor de Bella y por eso le pedí unirme también. Yo también quiero tomar el examen. Pero tengo una base débil y no soy muy inteligente, así que solo puedo pedirle a Bella que me incorpore a su clase de tutoría. ¿Puedes aceptar a una estudiante estúpida como yo?".

¿Vaya? ¿Ese era el motivo? Mi intuición me decía que esa no era la razón en absoluto.

Seguí en silencio. Bella sonrió y dijo: "No actué bien. Quería decírtelo de antemano, pero no sabía si estabas en una reunión y no quise molestarte. Recién lo recordé cuando estaba preparando la cena. Por favor, acepta. Joey es mi mejor amiga y además es empleada de tu empresa. Si ella mejora, será favorable para la empresa".

No quería que nadie más perturbara nuestras vidas, ni siquiera una amiga de Bella.

Justo cuando dudaba, sentí el roce de un par de pies en mi pantorrilla.

¡Era Bella!

Tomó la iniciativa de jugar conmigo y no pude estar de acuerdo.

Fruncí el ceño y la miré. Cuando estaba a punto de decir que no, vi su sonrisa encantadora.

La sonrisa de Bella estaba llena de adulación y súplica.

No podía decir que no. Después de todo, Bella rara vez me pedía algo.

Finalmente, miré a Joey y dije muy serio: "Mis requisitos son muy altos, así que tienes que estar al día con nuestro avance. Si no puedes seguir nuestro ritmo, no seguiré enseñándote. Incluso si Bella me lo vuelve a pedir, no estaré de acuerdo".

A las diez de la noche, Herbert continuaba sentado en el sofá.

Joey buscó su maleta y dijo sonriente: "Voy a dormir aquí esta noche. Solo quedan treinta días hasta el examen. Debo esforzarme al máximo para aprobarlo".

Rápidamente observé la expresión de Herbert y luego caminé hacia él. "Herbert, se está haciendo tarde. ¡Deberías irte a casa a descansar!".

Después de eso, tomé su maletín, lista para acompañarlo a la puerta.

Herbert miró a Joey, que estaba en mi habitación y luego se volvió para irse. La expresión de su rostro era terrible.

"¡Te acompaño a la puerta!", dije rápido y lo seguí con su maletín en la mano.

En el pasillo oscuro, Herbert volvió la cabeza y dijo molesto: "¿Por qué hiciste esto?".

"¿Qué? Por qué?". Bajé la cabeza y no me atreví a mirarlo.

"No me importa si le pides a Joey que venga a clase, pero ¿por qué no me lo dijiste antes? ¿Y por qué se queda en tu casa?", dijo con tono acusador.

Lo tomé del brazo y dije en tono conciliador: "Ya son las diez de la noche. No es seguro para Joey irse sola a casa, y ella a menudo se queda conmigo".

"¿Entonces, qué debería hacer?", me preguntó.

"¿Eh?". Miré su rostro enojado y solo pude decir con una sonrisa: "¡Vuelve a tu casa y descansa!".

Herbert se acercó y agarró el maletín en mi mano. Luego se dio la vuelta y se alejó caminando.

Corrí para alcanzarlo y toqué su espalda: "No te enojes, ¿de acuerdo? También quiero pasar con éxito el examen esta vez. ¿Puedes soportarlo? Cuando termine el examen, definitivamente estaremos juntos, ¿de acuerdo?".

Acaricié su brazo y sentí que no podría resistir la dulzura de mi voz.

Herbert volteó para mirarme y dijo: "Te perdono esta vez. pero si haces más bromas como esta en el futuro, ¡no te lo dejaré pasar".

"¡No lo volveré a hacer!", prometí con una sonrisa. Su actitud se suavizó un poco.

Al segundo siguiente, me tomó en sus brazos y me besó. Su beso fue abrumador, fuerte y se sintió como un castigo...