Novia del Señor Millonario romance Capítulo 19

Bella

Al día siguiente, todas las trabajadoras de la empresa fuimos al hospital más grande de la ciudad para que nos hagan un examen físico, y cuando terminó, Joey y yo fuimos a comer hasta reventar en un restaurante que quedaba cerca de la empresa.

Después de saciar mi apetito, entré y a la oficina y vi a un grupo número de personas rodeando mi cubículo y susurrando entre ellas.

"¿A esto se le considera un embarazo prematrimonial?" Una persona preguntó.

"Pero si su novio se fue al extranjero con otra mujer hace casi dos meses", otra persona dijo. "Este reporte dice que ella está embarazada desde hace un mes".

"¿Entonces quién la dejó embarazada?" La primera persona preguntó. "¿Empezó otra relación apenas terminó con su exnovio?"

"¿Quién sabe?" Dijo otra persona.

"Nunca me hubiera imaginado que ella fuera tan promiscua". La primera persona agregó.

Al escuchar esto, me quedé boquiabierta.

Volteé a ver a Joey, que me estaba mirando con ojos llenos de sospecha. Sin embargo, ella se acercó a las personas que habían estado susurrando y les preguntó: "¿De quién están hablando? ¿Quién está embarazada?"

De inmediato, todos voltearon y, cuando me vieron, regresaron a sus cubículos a toda prisa y se quedaron callados.

Aun así, todavía podía sentir que me estaban mirando.

Esto me hizo sentir muy extraña. Caminé hacia mi cubículo y cogí el reporte que estaba sobre mi mesa.

Cuando lo leí, descubrí que era mi propio reporte del examen físico. Uno de los análisis de sangre era sobre el bazo y la diagnosis estipulaba que yo estaba embarazada de cinco semanas.

¿Embarazada? Leí el reporte una y otra vez, sin poder creer lo que estaba viendo.

No podía aceptar esa realidad. ¿Cómo podía estar embarazada? Era imposible.

De repente, noté que la oficina estaba tan silenciosa que se podía escuchar la caída de un alfiler.

Al verme tan desconcertada, Joey se acercó corriendo, me agarró de la muñeca y me sacó de la oficina.

Cuando llegamos a la terraza, no había nadie alrededor. "¿Qué está pasando?" Joey me preguntó, confundida.

"Creo que me olvidé de tomar las pastillas anticonceptivas", respondí. Poniendo mis manos sobre mi cabeza.

En ese momento, me di cuenta que mi periodo se había retrasado una semana. Había estado tan absorta en el presupuesto que pensé que se había retrasado por el estrés y la presión. No se me había ocurrido que pudiera estar embarazada.

"¿Por qué eres tan descuidada?" Joey preguntó. Estaba muy nerviosa.

"¿Cuál es el punto de recriminarme ahora?" Dije. Estaba muy molesta conmigo misma y no necesitaba que nadie me recordara lo despistada que era.

Nos quedamos calladas por un largo rato, hasta que Joey rompió el silencio. "Te llevaré a ver al jefe". Dijo, jalándome del brazo.

"¿Por qué?" Pregunté, soltando mi brazo.

"Él tiene que enterarse de esto". Joey respondió.

"Si se entera, ¿qué va a hacer?" Pregunté, indignada. "¿Darme dinero para que aborte?"

Era imposible que Herbert se hiciera cargo del bebé. Estaba sola en esto.

Tal vez ni siquiera era la primera vez que él dejaba embarazada a una mujer.

¿Pedirle que me dé dinero para que aborte?

Ignoré la mirada de Joey y me acerqué a Emma. Estaba furiosa.

Al verme caminar hacia ella, Emma dio un paso atrás, probablemente estaba asustada por mi mirada y mi aura oscura. "Estamos en la empresa donde trabajas", me advirtió. "¿Qué intentas hacer?"

No me hubiera esperado que fuera tan cobarde.

Era muy fácil asustarla.

"Ya que tienes tanta curiosidad por saber quién es el padre de mi bebé", respondí. " Te lo diré".

"¿Quién es?" Emma preguntó dando otro paso hacia atrás. Era obvio que estaba aterrada.

"Es el presidente", dije. "¿Estás contenta?" Luego me di la vuelta y me fui.

Mientras caminaba hacia la salida, podía escuchar la voz de Emma detrás de mí. "Te lo mereces", anunció. "No sé qué tipo de hombre es, pero supongo que debe ser un simple guardia de seguridad o un cartero. Tu bebé será un bastardo".

Joey me alcanzó, me agarró del brazo y trató calmarme. "Bella, no escuches las tonterías de esa mujerzuela", djio. "Está tratando de hacerte enojar a propósito, para que causes un escándalo y te despidan de la empresa".

"Sí, ya sé lo que ella quiere". Respondí, rechinando los dientes de la ira.

"¿Ya te enteraste que ella renunció ayer?" Joey preguntó, frunciendo el ceño.

"¿Renunció?" Dije, sorprendida. "¿Cómo pudo dejar la compañía de mi padre?"

"No lo sé", Joey respondió. "De todos modos, se ha llevado mucho dinero al bolsillo, ya que se dice que ella fue quien asumió todos los seguros de las trabajadoras de la empresa. ¿No viste su mirada llena de orgullo?" Suspiró. "Por cierto, ¿qué piensas hacer ahora?"

Me quedé callada, sin poder responder.

Estaba muy confundida y no sabía qué hacer.