¡Papá compró una humana! romance Capítulo 1

Bastian.

Lo primero que hice después de dejar al Beta en casa de su hermana fue ir con el jodido Alfa para:

1. Sermonearlo por su falla de seguridad.

2. Reclamar el derecho de interrogar a la loba secretaria.

3. Organizarnos para lo que viene.

Porque si Clarissa había estado aquí, era probable que entonces Luca ya estuviera en camino para la Guerra.

Joder.

Caminé lo más rápido que me permitía el cuerpo hacia la Casa de la Manada, ahí un montón de lobos comenzaban a movilizarse.

Entré directamente a la oficina sin llamar; el señor Frederick y algunos lobos que reconocí como Betas ya se encontraban alrededor del escritorio de su Alfa.

-Imagino que ya vienes con un plan. – Dijo en tono serio Noa.

-Pues claro que si, pero antes quiero discutir contigo el poner bajo arresto a la loba secretaria de tu Beta y encargarme de ella después.

-Lo tienes. ¿Algo más?

-Si, ¿Qué tan rápido puedes organizar a los miembros de tu manada por orden de prioridad?

Y así comenzamos con un plan de evacuación; era simple, llevaríamos a los miembros de alta prioridad (Mujeres y Niños) hacia el Lugar Seguro de mi manada; era mucho más grande que el que se encontraba aquí ya que lo utilizábamos como “hotel” para encuentros casuales en las noches de Luna llena, por lo que teníamos un montón de cuartos disponibles y equipados con los indispensable.

Tendríamos que incomunicar a todos aquí porque no sabíamos qué tan grande era la fuga de información y el número de traidores, así que empezamos por eso primero.

Unas horas después pasé por mi cachorro a la guardería; él se encontraba despidiéndose efusivamente de una cachorra que supuse sería la famosa Amanda.

-Hey papá, pensé que pasaría Rose, ¿Qué es lo que pasa? – Dijo viendo el ambiente entre los adultos.

-Vamos a casa. – Dije mirando alrededor.

Estaba a dos segundos de colapsar pero no podía darme ese lujo.

Entramos y me dirigí hacia la cocina para hacernos algo rápido de comer. Mi cachorro me miró extraño.

-¿Qué sucede?

-¿A qué te refieres? – Dije mientras comenzaba a mover cosas.

-Estás callado, pero no un callado “normal”. ¿Dónde está Rose?

-Yo también quiero saberlo. – Murmuré. – Hubo una falla de seguridad, lastimaron a tu Beta amigo y secuestraron a Rose. El Alfa Noa y yo nos estamos encargando de la evacuación y nuestros siguientes movimientos ya que sospechamos que entraremos en una guerra a gran escala en poco tiempo.

Hubo un tenso silencio en el que terminé de hacernos unos sándwiches. Cuando giré para llevarlo a la mesa, mi cachorro se encontraba viéndome con expresión seria y de brazos cruzados.

-¿Qué no me estás diciendo, padre?

-Nada. Mañana temprano partirás con el señor Frederick hacia el Lugar Seguro en nuestra manada. Lo dejaré a él a cargo porque debo quedarme aquí, pero si surge algún problema puedes….

-Lo tengo. Gracias por la comida. – Dijo mirándome decepcionado y luego marchándose a su habitación.

Yo suspiré. Por supuesto que le estaba escondiendo algo, ¿Qué bien podría hacerle saber que su madre torturó al Beta por un tiempo y luego secuestró a Rose antes de venir hacia acá con un ejército junto a su abuelo? Ya sabría después cómo decírselo suavemente.

Cerré los ojos un momento, pero creo que el cansancio me venció finalmente y me quedé dormido en la mesa del comedor porque me desperté con la luz del día entrando por la ventana y el señor Frederick frente a mí.

-¿Ya es hora de que te marches? – Pregunté estirando el cuello.

-Lo es. ¿Tienes alguna orden más?

-Si, maneja a las manadas como creas conveniente y si necesitas comunicarte conmigo envía al Beta designado.

-Bien, Chase y yo nos vamos entonces.

Mi hijo salió del pasillo y me dio una inclinación antes de tomar la mano del señor Frederick e irse.

Segundos después, mientras yo aun miraba por la puerta, Rowan salió del pasillo y se sentó frente a mí.

-Comencemos el día, ¿En dónde tenemos retenida a la loba secretaria? – Pregunté ya haciendo planes en mi cabeza.

Después del interrogatorio, formaría una brigada de búsqueda con algunos guardias. Aunque estaba seguro de que la perra de mi ex pareja ya estaba en la manada de su padre, no perdía la esperanza de estar equivocado y que tuviera a Rose en algún lugar en el bosque. Y si ella le había puesto un solo dedo encima yo…

Joder, de alguna forma eliminaría a toda su manada con mis propias garras, mataría a su padre frente a ella y luego la haría sufrir de una lenta y dolorosa forma.

-En vista de que las celdas se encontraban ocupadas, decidimos usar su propia casa. Tengo a cinco lobos vigilándola como halcones en una habitación.

-Bien, ve con el Alfa Noa a preguntarle en qué necesita ayuda y luego averigua si los Betas ya tienen algo de las cámaras de video.

Diez minutos después el sudor corría por mi espalda; sabía que no estaba ayudando a mi cuerpo a sanar con tanto ejercicio, pero no podía quedarme acostado ni un segundo más de lo necesario mientras mi pareja estaba desaparecida.

Mi primer instinto era ir con un maldito tanque y arrasar todo a mi paso, pero mi manada me necesitaba también. A veces las prioridades de un Alfa apestaban, las consecuencias de ser un líder me daban dolor de cabeza.

Hablaría con la loba rehén y trataría de averiguar lo que pudiera sobre el paradero de Rose; mandaría a todos mis guardias y a Rowan tras ella y me quedaría aquí para luchar contra un ejército yo solo si es necesario. No perdería a otra mujer importante en mi vida.

La loba se encontraba en la primera habitación luciendo tranquila y aburrida. Mi llegada no le causó ninguna reacción y tuvo que ocultar mi enojo.

-Mi nombre es Bastian, Alfa de…

-De la manada Firebuck, lo sé. ¿Me va a decir por fin por qué estoy siendo retenida?

-¿Acaso no lo sospechas? – pregunté acercándome a donde se encontraba sentada. – Fingir no servirá de nada, loba.

-No estoy fingiendo, yo solo estaba trabajando cuando tus matones me sacaron a rastras del lugar y desde entonces me han tenido aquí. Ni siquiera me han dejado ir al baño. – Dijo arrugando la nariz. – Me rehúso a hacerlo mientras todos ellos se encuentran conmigo mirándome. Tengo vejiga tímida, ¿Sabes?

-Por supuesto que te daré la libertad para ir al baño. – Dije comenzando a tronar mis dedos y sacando mi voz de Alfa. – En cuanto me digas dónde está mi pareja.

-¿Por qué habría yo de saberlo? – Preguntó sorprendida. - ¡Ella fue la que se fugó con MI pareja! ¿De verdad piensa que iban a ser tan estúpidos como para decir “ah, por cierto, viviremos en nuestro nido de amor ubicado en…”?

No tenía tiempo para sus tonterías, ella lo quería por las malas.

-Serge. – Dije mirando en dirección a uno de mis mejores guardias. – Sostenla mientras rompo sus piernas. Dustin, encuentra algo para amordazarla; en otras circunstancias em encantaría escuchar sus gritos, pero me temo que no tengo tiempo para un interrogatorio tan largo.

-¡Si Alfa! – Dijeron al unísono.

-¡¿Qué?! Esperen, pero yo no he hecho…

Fue fácilmente sometida y amordazada. Entonces procedí a tomar una de sus piernas y la giré rápidamente hacia afuera; el sonido del hueso fue satisfactorio, pero no lo suficiente.

Tomé la otra pierna y solo la doblé en sentido inverso. Su rodilla no se recuperaría de eso.

-Escucha bien loba, has sido juzgada y sentenciada por traición. Si aun estás viva es solo porque yo lo permito, ¿No crees que sería mejor decirme lo que quiero?

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