¡Papá compró una humana! romance Capítulo 12

Yo no quería salir a jugar. Es más, yo ni siquiera quería saber que los humanos – no – tan- humanos existían.

Tomé aire y luego le disparé una mirada mortal a Edson; éste solo elevó las manos como diciendo “yo no insulté a la loba”. Tenía razón por supuesto, pero eso no le quitaba su responsabilidad por involucrarme con su ex lío amoroso.

Salí lo más rápido que pude tratando que no se notara mi leve cojera, esa debilidad sería lo primero que explotaría la loba.

Ya en el patio delantero, la loba giró y se transformo en lobo. Comenzó a enseñarme los dientes y soltó un largo aullido. Yo no me moví ni ella tampoco; no lo entendí hasta que un montón de gente se reunió poco a poco a nuestro alrededor.

La jodida loba quería dar un espectáculo. ¿Cómo lo supe? Cuando se transformó de nuevo en humana y declaró ante nuestro curioso público que la había insultado en la casa de “su próxima pareja” y que no quedaría el hecho impune.

Increíble.

-Te diré las reglas de nuestro duelo, humana. – Dijo despectivamente. – La primera en no quedar inconsciente, gana. ¿Lista?

-Espera, ¿Cuándo se convirtió esto en un duelo? – Dije con la boca abierta.

Un duelo parecía mucho más serio que una simple pelea.

-En el momento en el que me quisiste quitar a mi macho y me insultaste. ¿Algo más o puedo ya patearte el culo lejos de mi propiedad? – Dijo con burla.

-¿Tu propiedad? – Pregunté confundida.

Miré detrás de mi para interrogar a Edson con la mirada y él solo se encogió de hombros antes de darme pulgares arriba.

Los lobos a nuestro alrededor también comenzaron a reírse. Yo no lo encontraba divertido.

-Te daré el primer golpe, humana. Después de eso tendrás suerte si te puedes curar en el siguiente mes. – Dijo con un bufido. – Atácame.

Como yo quería terminar esto rápido, le hice caso así que me acerqué cuidadosamente. Cuando estuve a la altura apropiada, le di un golpe con la punta de mi bastón en la sien en un solo movimiento.

La loba puso los ojos en blanco antes de caer.

A mi alrededor hubo murmullos pero los ignoré y giré sobre mis pies para irme; fue precisamente ese movimiento lo que me salvó de que un lobo marrón pequeño tuviera acceso a mi cuello.

Lo esquivé en el último segundo y me puse en guardia atenta a mi entorno. Quizá había hecho enojar a lo lobos y ahora me atacarían en manada.

El lobo pequeño no perdió el ritmo y regresó por mi cuello pero fue detenida por otro lobo que me parecía familiar. Cuando sometió al más pequeño, se transformó.

-Suficiente Brit, Rose ganó limpiamente el duelo y no puedes interferir en el resultado. Controla a tu lobo o entonces dejaré que ella tenga tu trasero también. – Gruñó molesto Edson en un tono que no ofrecía discusión.

El lobo pequeño se transformó en una chica de alrededor de mi edad. Me miró amenazadoramente y me enseñó los dientes.

-¡Ella hizo trampa! ¿De qué otra forma una estúpida y coja humana podría vencer a mi hermana?

Supongo que no escondí bien mi pequeño defecto.

-No lo hizo. Todos estuvimos presentes cuando Blanca anunció las reglas y le otorgó el primer golpe. – Dijo con un gruñido Edson. – Llévate a tu hermana y no regresen a mi casa si no quieren que informe de esto a su padre.

La loba llamada Brit se puso pálida y corrió a tomar por los hombros a su hermana. Los otros lobos comenzaron a dispersarse después de eso.

-Sabía que ganarías. – Dijo Amanda a mi espalda tirándoseme encima y haciendo que casi perdiera el equilibrio. – Ninguna de las lobas que quieren emparejarse con el tío Ed son hábiles en la lucha.

-¿Y cómo lo sabes, señorita? – Preguntó Edson mientras espantaba a los pocos lobos rezagados del jardín.

-Porque ninguna de las lobas de esta manada sabe luchar, duh. – Dijo rodando los ojos. – Prefieren acicalarse todo el día y tratar de llamar la atención del Alfa o alguno de los Betas.

-Eso es cierto. – Dijo Edson con una sonrisa hacia su sobrina y luego se dirigió hacia mí. – Buenos reflejos.

-Gracias. Pésimo gusto en tus compañeras de juegos. – Dije seria.

-No puedo debatir eso. – Dijo mirándose avergonzado. – La luna llena nos hace hacer cosas extrañas.

Lo miré incrédulamente pero no ahondé en el asunto.

-Bien chicas, ya que estamos fuera… ¿Qué les parece si hacemos una parada rápida en la clínica por algunos ungüentos para el dolor y de paso te enseño tu próximo lugar de trabajo?

-Si, por favor. – Dije agradecida.

Amanda se encogió de hombros.

-Iré a donde sea que me lleven cargando. – Dijo estirando los brazos en dirección a Edson. Abría y cerraba los dedos de sus manos para ilustrar su punto

Él suspiró pero la cargó de igual modo.

-Estás bastante consentida, Amanda.

-No lo estoy . – Dijo la pequeña frunciendo el ceño. – Si lo estuviera, tendría en mi mano un cono de helado para comer en el camino. ¿Ves algo aquí? – Dijo señalando su mano.

No pude evitar reírme, La cachorra era adorable.

Caminamos tranquilamente mientras el atardecer ocurría. Amanda no dejó de hablar en todo el camino, pero Edson la escuchaba con paciencia infinita. Definitivamente sería un buen padre algún día.

En la clínica me dieron varios ungüentos y vendas, así como “pastillas mágicas” para que el dolor de mi tobillo no fuera tan malo. Me sorprendió mucho que no parpadearan cuando pedí que no me examinaran.

-En los últimos años ha habido guerra entre las manadas. – Dijo Edson mientras caminábamos hacia su oficina. – Los lobos de la clínica están acostumbrados a ver todo tipo de heridas; ciertamente, en nuestra manada no hemos tenido un enfrentamiento en algunos años, pero ellos saben cuándo no preguntar.

El edificio en el que trabajaba parecía una especie de biblioteca por la cantidad de libros y mapas apostados en cada piso. Nosotros tomamos un bonito monta cargas (Gracias dulces dioses de la tecnología) para ir al piso más alto.

-Eres libre de tomar alguna botella de agua del refrigerador para que te tomes eso. – Dijo señalando la bolsa con productos milagrosos que me encontraba cargando. – Serás más feliz después de eso. Solo cogeré algunos papeles y podremos irnos.

Yo me encogí de hombros y me dirigí hacia el refrigerador del fondo.

-Buenas tardes Beta Edson. – Dijo una voz femenina a mi espalda. - ¿Se quedará trabajando un rato?

-Hola Bea, solo vine por algunos papeles, puedes irte a casa. – Dijo Edson con voz suave.

-Gracias. Lo veré mañana.

Capítulo 12. Sé una buena humana y luce frágil. 1

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