Beatriz
Una semana después
Respiro hondo mientras siento que esto no es correcto, pero recuerdo que tampoco tengo muchas más opciones y admito que me siento mucho más seguro con el que sola. La última semana fue de dudas y reproches, intenté llamar a mi madre, pero una vez más al escuchar mi voz me colgó.
—¿Estás bien?
El chico a mi lado ladea su rostro genuinamente preocupado por mi expresión, pero es que realmente me siento mal por irme con él. Muevo mis ojos por el desierto apartamento donde he estado hasta hoy. Siento mi corazón desprenderse de algún modo de esta seguridad y solo alejo la vista cuando una mano toca ligeramente mi hombro.
—Te prometo que todo estará bien — dice él — ¿Qué te gustaría sanar hoy?
Sonrío ligeramente mientras entiendo que está tratando de cambiar el tema para sentirme mejor. Me encojo de hombros antes de intentar tomar mi maleta, pero mi doctor simplemente la toma más rápido que yo.
—Hablemos de como haremos las cosas desde ahora — dice él — bajemos al garaje, tomemos el auto de mi hermana y después vendré por el mío.
—Oh, eso no es necesario — le digo — no tengo muchos lugares donde ir, me quedaré en casa y…
—No es necesario — él me mira — sé que no puedes hacer esfuerzo, pero creo que te conseguiré un empleo en mi clínica.
—¿Un empleo? — alzo mis ojos a él con esa emoción en mis ojos —¿ Para mí?
—Por supuesto, ¿Estudiaste alguna cosa? — me pregunta — o tienes experiencia en algún tipo de trabajo específico.
—Mmmm, soy repostera — admito — mi madre no me dejó muchas opciones, así que hice un curso especial en eso — me siento un poco triste — sé que no es una profesión muy glamurosa, pero…
—Todos los trabajos son importantes — respondo — además, porque no estudiar algo más si lo deseas — lo miro — ¿Qué te hubiese gustado hacer?
—Realmente no he pensado en eso — admito — como nunca tuve muchas opciones y en el futuro probablemente no podría hacer otra cosa que quedarme en casa no lo he pensado.
—Deberías hacerlo — llegamos al garaje — la vida es mucho más que cuidar de los niños — me sonríe — eres un chico inteligente, estoy seguro de que puedes lograr cualquier cosa que te propongas.
—Gracias por decir eso.
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