Beatriz
No sé qué decir, no entiendo como pueden estar pasando tantas cosas al mismo tiempo, esa mujer que me abofeteó, me acusó de cosas que realmente me hicieron sentir mal, pero ahora estoy a punto de llorar una vez más, pero esta vez de agradecimiento.
Paso mis manos por mi rostro mientras como un poco de los dulces que ese hombre dejó sobre la mesa.
Miro a Lucas después de probarlo, él me sonríe tomando su bebida mientras mira tranquilamente su celular. Carraspeo después de unos minutos para llamar su atención. Él dijo algo importante, algo que sigue clavándose en mi mente y que mueve muchas cosas dentro de mí.
—¿Qué sucede?
—Esto es demasiado, yo no sé si realmente pueda con todo esto, me preocupa que algo salga más — como otro de los postres — ¿Qué pasará si arruino algo?, Te metería en un problema.
Él niega, se inclina sobre la mesa antes de extender una de sus manos hasta mi rostro y mi corazón revolotea cuando limpia un poco de crema de la comisura de mis labios.
—Estoy segura de que puedes y Paulo es un buen hombre, su esposa también es encantadora — me dice — así que si te gusta este lugar puedes hacerlo.
No sé qué decir, muerdo el bollo cremoso una vez más y me encojo de hombros, realmente me gustará trabajar aquí, creo que es un lugar bastante pintoresco. El sueldo sin duda me ayudará a ahorrar suficiente para el momento del parto, pero sigue preocupándome que cometa algún error y arruine todo.
—Entonces está decidido — responde él ante mi silencio — comenzarás a trabajar aquí, ¿Qué tal si lo celebramos?
—¿Celebrar?
Pregunto curiosa, él sonríe, se pone en pie antes de extender su mano en mi dirección, miro la mano antes de ver su sonrisa resplandeciente. Una vez más siento que estoy frente a un ángel guardián que está cuidando de mí ahora que todos me han abandonado.
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