Beatriz
No puedo negarme, estoy sintiendo las mismas cosas que él en este momento y la verdad tuve mucho tiempo para pensar en la mañana mientras hablaba con su madre. Entiendo perfectamente la postura de ambos, pero prefiero apoyar a Lucas en esta decisión, así que solo le prometí a su madre, estará aquí para él.
El hombre en mis pensamientos sonríe ligeramente, camina hasta la cocina para servirse algo de comer y en ciento congelada por un instante ante el hecho de que estoy a punto de embarcarme en una relación extraña y muy nueva para mí.
Me dejo caer sobre el sofá, Lucas regresa con un bol de helados en la mano y se sienta a mi lado. Prende la tele mientras me ofrece la primera cucharada del helado. Sonrío aceptando el postre, sigo nerviosa, pero él no parece tener muchas intenciones.
¡Debería no tener intenciones!
No soy una descarada que va por ahí deseando que la toquen, me digo que debo alejar esas ideas de mi mente, me recuerdo que apenas ha empezado el día y mi estómago gruñe deseando un poco más de helado. Lucas me consiente, prácticamente me como todo el bol de helado por mi cuenta. Mi acompañante se pone en pie después de una hora de completo pero acogedor silencio.
—Creo que deberíamos ir al hospital — me mira — ; que te parece si hacemos una ecografía de los bebés.
—No quiero ir hoy, admito, en realidad la cita es la próxima semana, pero si quieres irte al hospital puedes hacerlo — admito dándome cuenta de que es lo que quiere — ; me quedaré aquí todo el día, de mañana y tengo que comenzar el trabajo oficialmente.
—No me malentiendas Beth — me dice él — : estoy tratando de no lanzarme sobre sí ahora mismo y hacerte el amor sobre el sofá hasta que perdamos la cabeza.
Me sonrojo ante esas palabras, miro al hombre frente a mí antes de ponerme en pie en un arranque de valor absoluto y lo beso en los labios antes de dejar salir mis verdaderos pensamientos.
—No parece mala idea — prácticamente le grito — : sería genial que me enseñaras como hacer realmente el amor con alguien.
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