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¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 33

Lucía

Me quedo un poco más en la puerta de la casa, sé que he sido un poco extraña con Roger, pero que puedo hacer. Mi hermano es muy complicado y no quiero hablar de más, aunque Roger tampoco es que los conozca o vaya a correr a decirles a la prensa que el hijo pródigo de mi familia está por regresar.

Dudo una vez más si debería o no hablar con Lucas sobre esto porque si le cuento a él mi hermano probablemente huirá antes de que me dé oportunidad siquiera de hablar con él. Entro dentro de mi propia casa para realmente terminar el cuándo que quiero regalarles a mis padres para navidad.

Mañana dejaré a mi hermano aquí por su cuenta y me iré con Roger porque mi hermano y yo probablemente vamos a discutir cómo lo hacemos siempre. Odio que mi hermano me ponga en estas situaciones. Me ato el delantal una vez más para continuar mi trabajo y prácticamente termino al amanecer.

Me voy a la cama con la cabeza hecha un lío a las tres de la mañana, prácticamente no he dormido nada cuando noto a Welly ladrar en la puerta de mi habitación, así que me pongo en pie para encontrar a un hombre mucho más alto que yo con el cabello rubio prácticamente rapado. Él deja un bulto negro junto a sus pies, abre sus brazos mientras yo limpio mis ojos soñolientos.

— ¿No vas a saludar a tu hermanito Lulú?

— Debiste llegar más temprano o más tarde Mat — digo caminando hasta sus brazos — ¿Por qué a esta hora?

— El vuelo llegó hace unas dos horas, Lucía — me dice — no deberías estar más feliz de verme después de todos estos años.

— Tengo demasiado sueño — murmuro cerrando los ojos con mi cabeza contra su pecho — vamos a la cama Mat.

Mi hermano sonríe, me toma en brazos para llevarme hacia la habitación y ni siquiera me molesto en darle las gracias mientras me vuelvo a dormir. Mi hermano toma una ducha antes de acostarse también a mi lado y debo admitir que me alegra tener a mi hermano al menos por unos días de vuelta.

Me despierto cuando recuerdo que mi hermano ha venido a casa, salgo de la cama donde solo estoy yo para correr hacia la cocina, pero mi hermano no está ahí. Welly está sentado en medio de la puerta del invernadero, así que sé que él está ahí.

— ¡Mat!

Corro hacia mi hermano feliz y completamente despierta, él sonríe mientras evita que el café en su mano caiga a algún lugar. Él acaricia mi cabeza como solía hacer cuando se hizo mucho más grande que yo en la adolescencia.

— ¿Ahora si estás feliz de verme Lulú?

— Ayer estaba dormida — admito separándome de él — pero sabes que me agrada que al fin regresaras, ¿Desde cuándo eres soldado?

— Soy Marín — me informa — comandante en realidad…

— ¡Qué estás diciendo! — frunzo el ceño conmocionado — ¡Cuando te metiste al ejército! — niega— sabes lo preocupada que estará mamá de esto.

— Si lo sé y por eso no vas a decirle nada — mi hermano bebe de su café — ¿Verdad?

— Mateo…

— Por favor Lulú, no discutamos ahora — me pide — realmente estoy cansado de discutir, es difícil vivir en una tripulación, ¿sabes?

— Mamá estaba muy mal esos días Mateo — miro a mi hermano con pesar — ella cree que te fuiste por su culpa, porque dejó que papá te dijera esas cosas impulsadas por el dolor.

— ¿Dolor? — niega — ningún dolor Lucía, él después de todo si tenía razón — mi hermano no me mira — yo tuve la culpa del accidente, nuestro hermano murió por mi culpa y me voy a dar una ducha así que dejemos el tema aquí.

No digo nada más porque él simplemente se aleja, me siento tan mal porque mi hermano realmente se siente culpable de lo que sucedió hace años cuando él no era más que otro chico. Incluso si se llevó a nuestro hermano a esa fiesta, incluso si venía él conduciendo, su muerte no fue su culpa.

El culpable fue el hombre que no respetó el semáforo, el que embistió el coche y aunque esos días oscuros han quedado en el pasado, al menos en su mayoría mi hermano sigue cargando esa culpa, al parecer. Cierro mis ojos antes de masajear el puente de mi nariz. Me digo que solo deje las cosas pasar y que debería estar contenta de que al menos mi hermano esté aquí.

Regreso dentro de casa para darme una ducha, me coloco unos vaqueros antes de alistar algunas cosas en mi estudio. Rebusco entre los cuadros olvidados uno que no recuerdo si realmente había terminado o no.

Tardo casi una hora en conseguir dicho retrato, pero cuando lo hago mi corazón se entristece un poco. Salgo hacia la sala de estar donde mi hermano está bebiendo ahora una cerveza y lo dejo sobre su regazo. Él baja los ojos hacia las seis personas en la pintura.

— Qué m****a es esto Lucía.

— Eso el tipo de familia que somos — respondo molesta — porque seguimos siendo una familia y tú no pareces notarlo — niego — mi madre está triste desde hace años, mi hermano está furioso porque tú que fuiste alguna vez el interesado en tomar el control del grupo te largaste, por no hablar del hecho de que ni siquiera conoces a tus sobrinos — señalo la foto de mi padre — papá se siente miserable porque te dijo todo eso que te hizo huir, pero que puedo decir si ustedes dos son igual de cabeza dura y orgullosos.

Me alejo de él porque realmente estoy enfadada, me meto en mi estudio para organizar las cosas. Tengo que beberme un analgésico antes de sentarme a intentar dibujar alguna cosa porque realmente me siento muy mal con la discusión que acabo de tener con mi hermano, un hermano que hace años no veía.

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