Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 24

─Tu Jose Luis es un grosero, ya no me gusta tanto ─se queja Antonella.

─Tu acabas de decirme dos groserías ─refuta molesto.

Ver la cara de Rohan en ese momento fue tan épico. Mentalmente felicito a esta pequeña, ya que el día de hoy, conocí una nueva cara de Rohan.

Su rostro está sonrojado y su entrecejo fruncido, una cosita hermosa.

Ya no dijo nada más, solo se giró y fue a hablar con el doctor. Yo me agacho y sigo platicando con Antonella.

─Me tendrás que enseñar maldiciones en arabe, y para que veas que es un trato justo, yo te enseñaré algunas en ruso.

─Trato hecho ─nos damos la mano como todas unas empresarias que acaban de cerrar el mejor negocio de su vida.

Una vez que la mamá de Antonella acabo de hablar con la doctora se fueron. No pudimos hablar mucho, pero sin duda es la mejor plática que he tenido en años.

Me acerco a Rohan y el doctor, mi intención era saber si me encontraba bien, pero le entiendo más a un perro que a estos dos hablando.

Espero a un lado de él mientras siguen hablando con batita blanca, y para mi suerte, no tarda casi nada. Me toma de la mano y comienza a caminar conmigo.

Cuando entramos a la habitación, intento deshacerme de su mano, pues tengo miedo de que me haga algo por lo enojado que está, pero él no me suelta.

Cierra la puerta con su mano libre y me lleva a la camilla, me ayuda a subir a ella y me cubre con la sábana.

Dos enfermeras entran por la puerta y se acercan a mí, comienzan a revisarme por todos lados para corroborar que estoy bien.

Pero nada de eso me importa ahora, la intensa mirada de Rohan sigue en mi y me preparo mentalmente para ser regañada.

No puedo evitar notar que una de las enfermeras, se le insinúa exageradamente mucho a Rohan, lo cual es muy molesto. Alejo todo mal pensamiento de mi cabeza, pues Rohan tiene novia y no soy yo.

Ahora que lo pienso, es un maldito cochino, ¿Cómo pudo meterse con varias personas a la vez? O sea, hay límites, pero Rohan ha demostrado que el título de “Prostipirugolfo” lo tiene bien merecido.

Las zorryenfermeras no tardan nada en irse ─cosa que agradezco─ y quedo nuevamente a solas con Rohan. Cierro mis ojos en espera de su grito, el cual, nunca llega.

─El doctor ha dicho que podrás irte esta por la mañana, a pesar de que saliste sin permiso, te encuentras bien ─abro mis ojos sorprendida.

─¿No me vas a regañar? ─mi voz se escucha sorprendida.

─¿Qué quieres que diga? ─negó con la cabeza─. Tamara, estas internada porque estabas a nada de sufrir un aborto. Saliste de tu habitación y escapaste con una niña menor, su madre tiene leucemia y se preocupó al no encontrarla. No soy quien para decirte que hacer. Solo piensa antes de actuar.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos sin poder evitarlo. Pensé que me gritaría, pero lo dijo con una voz tan serena, que me hizo sentir culpable.

Tal vez, estaba esperando sus gritos, porque es lo que siempre hacen las personas, juzgarme sin saber lo que realmente pasó, pero, por primera vez, no me regañaron ni juzgaron.

─Lo siento mucho, no pensé en que nos pondría en peligro, yo solo… Yo quería un poco de aire y no pensé ─trato de explicarme, pero no lo logro.

Rohan se acerca y me abraza, yo se que piensa que soy patética, pero aun así me esta abrazando y eso es algo lindo de su parte.

─Solo debes de evitar meterte en problemas, yo se que no estas acostumbrada a este ambiente del embarazo, pero debes de cuidarte, por favor, prométeme que ya no te meterás en problemas, solo te pido esa promesa por tu salud y la del bebé.

─Está bien, te lo prometo ─tomas mis manos apretándolas fuerte. Me da un beso en la frente y me ayuda a recostarme.

Después de hacer esa promesa, me siento más tranquila, sé que debo cuidarme, y por alguna razón, siento que Rohan ahora está de mi lado.

─Deberías dormir, ya es muy tarde ─toma una silla y la coloca a un lado de mi cama sentándose en ella.

─Debes descansar también ─miro su rostro agotado, con pequeñas bolsas bajo sus ojos y su barba descuidada.

─Me quedaré aquí a tu lado, no quiero que les pase algo ─al escuchar eso, siento como si mi corazón se calentara.

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