─Creo que no serás la única que se irá corriendo de aquí, le acabamos de pegar al novio, repito, ¡Le acabamos de pegar al novio!
─A la cuenta de tres corremos ─le digo y él asiente frenético mientras que Rohan solo respira y se toca el puente de la nariz evitando que salga más sangre, si, le saque sangre de la nariz─. Uno...Dos....Tres.
Tratamos de salir, pero el único suertudo es Agustín ya que a mi me detuvo Rohan cargándome en sus brazos y de paso ensuciando mi vestido blanco de sangre.
Lo siguiente que pasa es lo que menos esperaba, literalmente yo pensaba que me aventaría en un sillón lejos de él pero en lugar de eso, se sienta conmigo aun en brazos y no me suelta, al contrario, me acomoda y toca mi vientre.
─De seguro piensas que tu madre está un poco loca, y aunque si lo está, aun así la quiero a mi lado. ─le doy un zape y él se ríe provocando una sonrisa en mí.
─No difames a la mamá de tu hijo.
─Creo que tendremos que cambiarnos ─lo dice al ver que los dos estamos llenos de la sangre que aun sigue saliendo de su nariz.
─Primero debemos parar la sangre ─limpio su nariz con mi vestido, total, manchado ya estaba.
─Tranquila, una enfermera se encargará de mi.
─Sabias que eres el idiota mas estúpido del mundo, si quieres casarte con alguien no le andas diciendo que iras a ver a una enfermera unas horas antes.
Me levanto enojada y él solo se empieza a reír, a decir verdad nunca lo había escuchado reír, o puede que no recuerde, pero justo ahora mi corazón quiere salirse de su lugar al escucharlo.
─¿Te has puesto celosa de una enfermera? Imposible de creer.
─Maldito estúpido, hay muchas enfermeras guapas y zorras, yo pensé en serlo y te aseguro que iba a ser toda una zorra ¿Qué te hace pensar que alguien más no lo seria?
─Aunque la enfermera fuera la mujer más guapa del mundo no la tocaría y mucho menos el día de mi boda.
─Para empezar, no habrá boda y segundo, estás insinuando que si la tocarías si no fuera la boda. ─me pongo celosa sin razón─. Y déjame decirte algo, como no habrá boda, puedes irte con tu zorryenfermera y déjame en paz.
─¿Quién te dijo que no nos íbamos a casar?
─Yo lo dije, para empezar se supone que tienes novia, te quieres acostar con la enfermera y ni siquiera tuviste la decencia de pedirme matrimonio.
─Sabía que dirías eso ─me muestra una sonrisa tan hermosa, pero no caeré tan fácil─. No tengo novia, no me acostaré con ninguna enfermera y efectivamente no te pedí matrimonio.
Por lo menos acepta que fue un igualado al pretender que me voy a casar con él y ni me dio una anillo.....espera ¿Qué? ¿No tiene novia?
─Puedes repetir lo de, “No tengo novia”, me encantaría mandárselo a una bruja llamada Adriana, seria un regalo perfecto de cumpleaños.─busco mi teléfono, pero recuerdo que le idiota no quería electrónicos en mi maleta. Y ahora que lo pienso, ¿Por qué diablos le hice caso?
─No hace falta, ella ya lo sabe, terminé con ella ayer por la tarde.
─¿Cuando te tire el jitomate y me dijiste que íbamos al ginecólogo?
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