Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 50

Ya ha pasado un mes desde que mis hijos decidieron salir de mi panza, recuerdo esas escenas y me dan ganas de matarme, el simple recuerdo es doloroso.

Pues que les puedo contar; este mes realmente fue estresante, mis hijos tuvieron que quedarse en el hospital, primero porque nacieron técnicamente prematuros y segundo para asegurarse de que estén bien y no tengan ningún problema.

A mi me dieron de alta a la semana, y como yo soy la única fuente de comida para mis hijos, he venido diario sin falta al hospital, por no decir que me la paso en el, casi no estoy en mi casa para asegurarme de que mis hijos no tengan hambre.

La doctora me regaño ya que yo debo descansar y que no debo preocuparme ya que están en buenas manos, pero aun así no dejo de venir. Incluso la doctora habló con Rohan y él me regañó, pero le dije que se metiera su regaño por el culo.

Él piensa que yo estoy descansando mientras trabaja en su empresa llena de zorras, pero en realidad estoy parada frente a un gran ventanal, en el otro lado se pueden ver a todos los bebés pero yo solo me dedico a ver a mis hijos.

Dos pequeñas criaturas, se ven tan tranquilos durmiendo, mis preciosos hijos, aún están muy pequeños, pero ya crecieron en comparación de cuando nacieron.

─Creo que por primera vez me alegro de verte por aquí ─la doctora se pone a un lado mio y me sonríe.

─Pero yo no, ya no me caes bien desde que le dijiste a Rohan que vengo 20 horas al día, ahora es más difícil escaparme ─le reprocho cruzándome de brazos.

─Una disculpa pero debías reposar más tiempo, además de que ya no tendrás que venir hasta aquí para ver a tus hermosos hijos ─me volteo rápido al escuchar lo que acaba de decir.

─¿Es verdad lo que dices o solo estás jugando conmigo? ─la tomo de las manos y ella solo me sonríe.

─Tus hermosos bebés ya no corren ningún peligro, se han alimentado de una manera correcta gracias a ti, están creciendo correctamente y no encontramos indicios de algún problema ─me dice mientras nos dirigimos a su oficina─. Tus bebés están en perfecto estado y ya es momento de que vayan a casa contigo.

No puedo evitar gritar de la emoción mientras saltó y bailó por todo el pasillo, claramente todas las personas que estaban por ahí se me quedaron viendo, pero aun así no me importo.

Rohan aparece de la nada y yo voy corriendo a él y saltó a sus brazos, me recibe gustoso pero a la vez confundido.

─Se supone que debes estar descansando en casa ─yo me rió ya que eso se supone desde hace dos semanas que me regaño.

─¡Ya podemos llevar a nuestros hijos a casa! ─grito más que emocionada y veo como la cara de Rohan se ilumina, sonríe conmigo y me llena la cara de besos.

Los dos nos dirigimos con la doctora a su oficina para firmar papeles y todo eso, bueno en realidad Rohan se encarga de eso ya que yo soy pobre y él rico, pagara todo y yo solo me iré con mis hermosos hijos.

Literalmente ellos dos empiezan a hablar y en lugar de poner atención, me emociono al saber que mis hijos ya casi estarán conmigo en mis brazos rumbo a casa.

─Muy bien, eso sería todo, ya se pueden retirar con los bebés ─la doctora nos informa y entran dos enfermeras con mis hijos en brazos, yo no tardo nada en tomar a los dos en brazos y abrazarlos, pero rápidamente Rohan me quita a la niña.

─Será mejor que yo me lleve a la pequeña, no quiero que salga igual de loca que tu, además de que después se te caen.

─Vez pequeño, ya tiene preferencia, pero tranquilo, cuando crezcas nos vengaremos de ellos ─le doy un beso a mi hijo que duerme plácidamente en mis brazos.

Las ganas de llorar no tardaron en aparecer, estoy tan feliz de por fin saber que me llevaré a mis hermosos bebés. Rohan se me acerca y me abraza.

─¡Felicidades señor y señora Khattab! Ya pueden retirarse a su casa ─la doctora y las enfermeras nos aplauden bajito para no despertar a los bebés y nosotros nos retiramos del hospital.

Una vez estamos en el estacionamiento, veo que Rohan llegó en camioneta con chófer, lo que me da alivio ya que me ayudara a cuidar a los bebés en la parte trasera.

Una vez estamos arriba de la camioneta, el chófer empieza a manejar. Yo solo me dedico a ver a mis bebés, son unos hermosos angelitos.

─Creo que lo primero que debes de hacer, es tomar una siesta ─me dice Rohan tomando mi mano y mirándome preocupado.

─No puedo dejar a mis hijos solos, no lo haré.

─Yo me quedaré, cuidare de ellos mientras duermes ─al escucharlo, siento una gran alivio.

Con una sonrisa aceptó su propuesta, debo admitir que para nada he dormido bien, pero me preocupaba que mis hijos estuvieran hambrientos o les pasara algo mientras yo dormía.

Empezamos a hablar en el camino de cosas irrelevantes y sobre cómo le va en su trabajo, él me comenta que pronto tendrá que viajar a Dubai ya que ahí está la empresa principal de la aerolínea, pero que no me quiere dejar.

Sé que él hizo su esfuerzo por estar aquí en México conmigo, anteriormente lo había escuchado discutir por teléfono y aunque no entendiera muy bien lo que decía, estaba casi segura de que discutía con su padre.

Que por cierto, aun no conozco a su familia, si no me equivoco tenía dos hermanos y a sus papás, pero él nunca me ha hablado de su familia.

─Amor ─lo llamo y él pone su vista en mi─. ¿Por qué nunca me has hablado de tu familia? ─su cara cambió totalmente, de estar feliz paso a serio, al parecer no le gusta hablar de ellos.

─Supongo que nunca se dio el tema ─simplemente me dice eso, no me dice ni cómo se llaman.

─Me gustaría conocerlos algún día ─le digo y él solo asiente, no creo que le agrade la idea.

─Me avisaron que un día de estos vendrán ─no sé en qué momento la plática se hizo incómoda.

─Está bien, me avisas cuando vengan.

─Como digas.

Gracias a dios llegamos a casa, nos apresuramos para entrar casa con los bebés mientras que los changos de Rohan nos ayudan a bajar las cosas de los bebés del auto. Yo fui de esas mamás locas que llevaron de todo a sus hijos, incluso les lleve peluches.

Empezamos a subir para nuestro cuarto ya que nunca me puse a pensar en hacer una habitación para ellos, se ve que soy una mala madre, y si no lo creen, déjenme decirles que no se exactamente qué día nacieron mis hijos, se entre qué días, pero no se cual de lo dos, y no lo quiero saber. No tengo con que justificar mi negación al saber el cumpleaños de mis hijos.

Alejo todo de mi mente y me concentro en no tirar a mi hijo mientras camino. Realmente es muy irresponsable de mi parte no tener la casa preparada para este día, pero me la pase en el hospital y no me puse a pensar, algo normal en mi.

Capitulo 50 1

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