¿Quién es Cassandra?
No tengo ni la menor idea de lo que está pasando, todo es muy confuso, pero para pedir perdón, debe de ser muy importante para él y le debió de hacer algo muy cruel.
No se que hacer, realmente sentí muy feo que dijera el nombre de otra mujer, pero no me puedo molestar con él, no sé de qué mujer está hablando, puede que sea su prima, no creo que Rohan sea como los norteños.
─Tranquilo, ahora no te diré nada, mañana no sabes lo que te espera ─le digo acariciando su rostro.
─Perdóname por no hacer nada ─sigue hablando, su voz es tan trabada y alarga las palabras, como el típico borracho mala copa, pero a diferencia de ellos, Rohan no es así, él ocupa mucho alcohol para terminar como esta, y es obvio que tomó todo el día.
─Muy bien, es hora de irnos ─empieza a negar y a susurrar incoherencias, o por lo menos yo lo tomo así.
Lo ayudó a levantar y empezamos a caminar, por suerte no camina tambaleándose, tampoco camina como si estuviera en una pasarela como normalmente lo hace, camina como si hubiera recibido una patada en el culo.
Afuera está Daniela con el teléfono en la mano, parecía como si hablara con alguien.
─Cariño, te llevo a casa, no es seguro estar en la calle a esta hora ─ella me mira con ojos tristes pero fuerza una sonrisa.
─Está bien, tomaré un taxi, hoy dormiré con una amiga ─me contestó apenada y no sé la razón, pero siento que me miente.
─Nada de taxis, no quiero que termines violada en media calle, te llevaré a casa de tu amiga y en caso de que no abra la puerta, dormirás en mi casa, ya es muy tarde y de seguro estará dormida tu amiga.
─Gracias.- Se que algo pasó para no ir directamente a casa, y le preguntare, pero ahora no es el momento indicado.
Bajamos al último piso, que bueno que es de noche y no hay ningún trabajador, no me gustaría que hablaran mal de mi familia, si Rohan no estuviera casado conmigo, pues que se joda, pero después dirán cosas desagradables de mis hijos.
Una vez en la calle, recargo a Rohan en el auto y lo ayudo a subir en la parte trasera, mientras espero a Daniela que estaba cerrando las puertas.
Ambas subimos al auto y yo manejo directamente a la casa, no se si Daniela esté mintiendo o no pero no quiero molestar a su amiga.
En el camino no decimos nada, es tranquilo, con olor desagradable gracias al idiota, pero gracia a que tenemos los vidrios abajo, no nos intoxicamos con el olor.
No pasa mucho para llegar a casa, y realmente agradezco que nuestra casa no esté tan retirada, llevo horas esperando tocar mi cama, ya es de madrugada y lo peor de todo es que me despertaré temprano, mis bebés deben comer.
Entramos y ayudo a subir las escaleras al idiota que tengo como esposo, tendré que hablar con mi abogado, quiero el divorcio. Bueno no.
En el cuarto lo único que hago es lanzarlo a la cama, tomar ropa cómoda y salir de ahí para ir a dormir con mis bebés, no me importa dormir en el sillón con tal de estar lejos de él.
Lo primero que hago es quitarme los tacones y aventarlos lejos de mi vista, lo hago con fuerza ya que mi enojo empieza a crecer junto con las ganas de llorar pero no lo hago, no lo hago por mis hijos.
Sin nada más que poder hacer, decido dormir, es lo único que puedo hacer ahora, además que sin duda es la mejor opción.
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Ya llevo rato que desperté, mi pequeña bebé empezó a llorar y supe que estaba hambrienta, de hecho ya estoy alimentando a mi pequeño, mi pequeño guerrero.
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