Llegamos a una casa un poco retirada del resto y Leonor entra, yo la sigo con cuidado y bajamos al sótano, allí ella pone la mano en una pared y de repente aparece una puerta de color blanca.
-esta puerta os llevara afuera, esta salida es diferente a la que entramos Danira y yo, así que no correrás peligro- me dijo Leonor.
Iba a entrar cuando me detiene.
-una cosa más, cuando vayas a cruzar piensa en el lugar a donde quieras ir e inmediatamente te tele transportará allí, ten mucho cuidado, cuando Raphael se entere ira a por ti- yo asiento con la cabeza y cierro los ojos, visualizo mi casa y cruzo la puerta.
Cuando los abro estamos en la puerta principal, miro a Danira y sigue igual, corro con ella y el primero que veo es a Lucio que me mira con preocupación.
-señor, que alegría verlo… ¿Qué le ha pasado a la señorita? - me pregunta.
-tranquilo ella está bien, luego te explico, dejarme llevarla a su habitación- le digo y él se aparta para dejarme pasar.
Leonor no ha venido con nosotros, se encontraba débil y se quedara a descansar en Ivorath, en casa de una hermana.
Cruzo la puerta de entrada y subo la escalera, cuando llego a su habitación la dejo sobre la cama muy despacio.
-hermano, estas aquí, ella lo consiguió… ¿Qué ha pasado? - me pregunta Rose yendo hacia mí.
Le cuento todo mientras voy al baño a por una toalla.
-has estado a punto de matarla, ¿estás loco?, se supone que eres mayor que yo y resulta que tampoco pudiste controlarte- me regaña Rose también, hoy parece el día de regañar.
-lo sé, vale, no sé qué me paso pero lo importante es que pare a tiempo y ella está viva- Rose se acercó a mí y me quito la toalla.
-vete, yo me encargare de limpiarla y cambiarle la ropa, ¿o quieres hacerlo tú? - me dijo Rose mirándome.
-bueno eh no sería mala idea- le dije rascándome la cabeza.
Ella me tiro la toalla y me llamo pervertido, así que me largue de la habitación dejando a Rose hacer las cosas.
Después de que Rose me dijera que ya podía entrar porque ya había cambiado a Danira entre a la habitación. Pensaba quedarme toda la noche a su lado, hasta que despertara.
Han pasado tres horas desde que venimos y no hay rastro de Raphael, hay dos opciones, o no se ha enterado o está esperando el momento para atacar.
Oigo como Danira emite un sonido y me acerco a ella, tomo su mano y le hablo.
-Danira, ¿Cómo te encuentras? - le pregunto.
Ella abre los ojos despacio y me mira.
-lo siento mucho, yo… no quería hacerte daño- le dije agachando la cabeza.
-no te preocupes, sé que no querías hacerme daño, estoy bien, pero por favor dame agua- me dijo sonriéndome.
Yo le alargue un vaso con agua y le di una pastilla para que se sintiera mucho mejor.
-me alegro que estés bien, me siento tan culpable- le digo y la abrazo, necesito sentir su calor, por un momento pensé que la perdía y no me imagino la vida sin ella, ya no.
Nos apartamos un poco y nuestros rostros están juntos, tanto que nuestros alientos chocan entre sí, de repente nos miramos y poco a poco nuestros labios se acercan hasta que se unen y encajan como piezas de puzle.
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