Tengo que hablar con Damián, necesito saber que ha pasado con el cazador, necesito saber si mi manada podrá estar a salvo de nuevo pero dejaré la conversación para mañana, hoy solo quiero descansar, ha sido una noche larga.
Voy hacia la casa y me encuentro con la sorpresa de que mi hija no está sola, está acompañada del hijo de Damián.
-Hola, pequeñajo- le saludo revolviéndole el pelo, él sonríe.
-Hola papa de Gabriela- al parecer no sabe mi nombre, debería presentarme.
-llámame Carlos y tú eres…- le digo- soy Jhomn, encantado de saludarlo.
-hija, tenemos que hablar, te espero en el salón- le digo y me dirijo hacia allá.
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-bueno me tengo que ir, me gusta pasar el rato contigo- le dije a Jhon, la verdad para la edad que tiene me lo paso muy bien con él.
-si… será mejor que me vaya, nos vemos mañana, cuídate- me dijo moviendo la mano en señal de despedida.
No sé qué será tan importante como para interrumpirme, voy hacia el salón y veo a mi padre pensativo, habrá pasado algo, me pregunto.
-¿qué pasa papa?- el me mira al instante.
-puede ser que nos tengamos que ir de aquí- me dice serio, no me gusta nada la idea, ahora que tenía amigos no quiero irme.
-¿pero porque?, yo estoy a gusto aquí- le digo enfadada.
-sabes muy bien que estamos aquí como invitados, esto no es nuestro y si mis sospechas son ciertas pronto nos echaran de aquí y antes de que eso ocurra nos iremos- suspire, otra vez a mudarnos, no me gustaba la idea de estar de aquí para allá todo el tiempo, maldición.
-lo siento hija, sé que habías hecho amigos, déjame decirte que a mí también me apena irme- frunzo el ceño, no sé a qué se refería.
Al día siguiente…
-buenos días- digo entrando en el despacho de Damián, tiene un periódico en las manos y está muy concentrado.
-he venido para que aclares una duda que tengo- le digo y deja de mirar el periódico para mirarme a mí.
-necesito saber que ha pasado con el cazador- le digo y él sonríe.
-ya no volverá a molestar a nadie, así que podéis volver a vuestro hogar en el bosque- me dice y vuelve la vista al periódico, cuando estoy a punto de irme me detiene.
-antes de irte debes cumplir con lo que prometiste, tienes que firmar el tratado de paz- me llenaba de rabia tener que firmar ese papel pero un trato es un trato.
-sé perfectamente lo que prometí y lo tendrás mañana por la mañana, en cuanto te firme ese papel, mi manada y yo nos iremos- le dije y está vez si me marche del despacho.
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