- ¿sí? - contesto sin mirar quien es.
-Rose, ¿Dónde estás? - me pregunta Carlos preocupado.
-en mi casa, ¿ocurre algo? - pregunto.
-no es verdad, sé que te has ido de tu casa, ¿Por qué hiciste eso? - maldición, seguro fue mi cuñada que le dijo.
-es mejor así Carlos, no sabes cómo me ha tratado mi hermano desde que se ha enterado que estamos juntos, no soportaba esa situación por más tiempo- se oye silencio.
-tranquila amor, dime dónde estás, hablemos- cierro los ojos un momento y luego le digo el sitio.
No me gusta mentir pero no quería preocuparle, no quiero que se sienta culpable o algo así, por eso prefería quedarme callada pero veo que mi cuñada no piensa así.
-Rose- oigo desde fuera y me levanto.
-Carlos- le digo y voy hacia el para abrazarlo, me hace tanta falta un abrazo.
-ya estoy contigo, tranquila… juntos podremos con esto- me dice para animarme.
-te vendrás conmigo a mi casa, no voy a permitir que vivas en este sitio, todo va a salir bien, ya verás que tu hermano se dará cuenta- asiento con la cabeza, recojo mi maleta y me voy con él a su casa.
-Gabi tenemos visita-grito para que me oiga mi hija, Rose parece un poco incómoda pero yo haré que se sienta como en su casa.
-ven conmigo- le digo y le paso mi brazo por su cintura.
-Hola, gusto en verte- le dice mi hija cuando aparece.
-hija mía, te informo de que Rose se va a quedar aquí un tiempo, espero que la hagas sentir cómoda- le digo, no quiero numeritos de su parte.
-ok… me parece bien- dice y me sorprende, nunca le había agradado que trajera mujeres a la casa y ahora con Rose es diferente y no sé por qué.
-gracias por acogerme en vuestra casa, espero no ser una molestia- dice ella apenada, es tan tierna que me dan ganas de abrazarla y no soltarla nunca.
-Gabi, llévala a la habitación de invitados, de paso os vais conociendo- le digo, ella me mira.
-tranquila, ella ya sabe que eres mi novia y está de acuerdo- le digo y se sonroja, se ve tan linda.
Las dos suben las escaleras de la casa y yo mientras voy hacia donde está el servicio para informarles de que tenemos invitada.
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-me alegro un montón que estés aquí, me caes bien, confieso que al principio no te quería cerca de mi padre pero he comprendido que mientras él sea feliz, yo también lo seré- me alegraba oír eso.
-gracias… por todo, tú también me caes bien- le digo sonriendo.
-vamos me dice y agarra mi brazo, la sigo por el pasillo y llegamos a las habitaciones, toda la casa era muy acogedora, el ambiente de la gente también me agradaba.
-esta será tu habitación, es la más bonita de la casa pero no entiendo el porqué de dormir separados- casi me atraganto con mi propia saliva, estará insinuando que durmamos juntos.
-la habitación de mi padre es aquella- me dice señalándome otra habitación que estaba un poco más lejos.
-gracias, voy a deshacer mi equipaje- le digo, ella sonríe.
-vale, disfruta tu estancia- me dice y me guiña un ojo.
Esta niña me sorprende, no sabía que era tan directa, cierro la puerta de la habitación, y abro la maleta, coloco la ropa en un armario que hay, cuando lo tengo todo listo salgo de la habitación, bajo las escaleras y me suena el móvil.
-¿diga?-
-¿se puede saber dónde te has ido?- grita mi hermano al teléfono.
-que te importa donde me he ido, dijiste que hiciera mi vida como quisiese y eso hago- le digo, no le grito porque no es mi casa.
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