April sentía su corazón destrozado, ¿cómo había podido ser tan cruel?, ¿dónde había quedado aquel hombre cariñoso, y atento que todos los días le hacía el amor?
Se levantó torpemente, decidida a salir de ahí, tal vez mañana ya estuviera más calmado, así podrían arreglar las cosas, le daría tiempo, seguro tenía algo celos, limpió sus lágrimas, decidió ir a dormir, mañana hablaría con él, dejaría que se tranquilizara. Se fue hacía su habitación y decidió acostarse, no se iría hasta hablar con él, a pesar de que quería esperarlo despierta no pudo, sus ojos tenían mucha pesadez y sin darse cuenta poco a poco se fue quedando dormida.
Luca llegó casi a las 12 md, ya se había hartado de dar vueltas por todos lados dándole tiempo a April de que se fuera, debía hacer que se alejara, ella no se merecía a alguien como él.
Cuando entró en su departamento, sintió un nudo, en su garganta, había dejado ir lo mejor que la vida le había dado, con su corazón partido y un nudo en la garganta se dirigió a su habitación, al llegar se detuvo en seco, April estaba ahí, dormía abrazada a la almohada de él, debía imaginarse que no tomaría las decisión así como si nada, se acercó muy lentamente a ella, y quitó suavemente el cabello que tenía en la cara, ella era tan hermosa, él no la merecía, ¿en qué diablos estaba pensando al enamorarla? ¿O tan siquiera imaginar que podía ser feliz?
—Perdóname mi amor, pero es lo mejor antes de que sea demasiado tarde. — le dio un suave beso en los labios y salió de la habitación, tenía que hacer que April entendiera de una vez que no podían estar más juntos.
Decidió dormir en la habitación de invitados, pero antes de tratar de dormir, agarró su celular, dudando, ¿haría lo correcto? Pensó en ese tal William, si ese hombre estaba diciendo la verdad entonces tal vez él la amaba de verdad y podía hacerla feliz, ¿pero en verdad quería eso? No, no lo quería él amaba a April con todo el corazón, tal vez podría reparar el daño que le había hecho, explicarle los motivos, y por fin seguir adelante juntos, sí, eso haría, además de que cuando estuviera preparado se operaría, lo haría por ella, saldría adelante y por fin tendría esa familia que tanto anhelaba. Cuando estaba apunto de salir de esa habitación e ir a la suya y dormir al lado de la mujer que amaba este sonó, frunció el ceño al no reconocer el número.
—¿Bueno? —contestó algo dudoso.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: QUIERO MÁS DE TI