Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 168

Cuando Farel regresó a la habitación, ya había colgado el teléfono.

Evrie se mordió el labio y le dijo: —Por cierto, hoy tu mamá estuvo en tu departamento. —

Farel no cambió su expresión. —¿La viste? —

—Mmm.—

Farel dejó su móvil a un lado, sin decirle más nada.

Se metió en la cama y se recostó en el cabecero, encendiendo un cigarrillo.

Él rara vez fumaba. Aparte de aquella vez que se había fumado un cigarrillo después de su primera noche juntos, Evrie no lo había visto fumar nuevamente.

Ella podía sentir que Farel no estaba de buen humor.

Probablemente tenía que ver con la llamada de antes.

Evrie permanecía en silencio junto al cabecero, sintiendo un peso en el corazón. No solo él, ella también se sentía extrañamente decaída.

Antes de terminar de fumarse su cigarrillo, Farel aplastó la colilla en el papel de aluminio del cesto de basura.

Se volteó y volvió a cubrir a Evrie con su cuerpo.

Evrie se resistió y él simplemente la presionó más fuerte, inmovilizando sus manos para que no se moviera.

Hasta que al final, Evrie quedó jadeante bajo él, con los ojos enrojecidos y fijos en Farel, como si quisiera resistirse hasta el final.

—¿Qué pasa, te estás poniendo rebelde otra vez? —

Farel bajó la mirada, como si pudiera ver a través de ella.

Evrie lo miró sin pestañear y le preguntó: —¿Vas a casarte con Olivia? —

Farel no lo negó. —¿Lo escuchaste? —

Evrie desvió la mirada. —Lo supuse. —

Las palabras eran tan claras, no necesitaba escuchar toda la conversación para tener una idea de lo que estaba pasando.

Seguramente, la visita de la madre de Farel al departamento tenía que ver con el matrimonio arreglado con Olivia.

Por eso le había advertido de manera tan simple y directa. Farel ya estaba comprometido, y ella, su amante, no debería hacerse ilusiones vanas después de unos simples revolcones.

Ella no debería haber tenido ilusiones sobre él de todas formas.

Pero después de escuchar las palabras de la madre de Farel, su corazón estuvo dolido por mucho tiempo.

Al ver a Evrie evitando la mirada, Farel sonrió levemente, tomó su barbilla y giró su rostro hacia él.

—¿Y qué si me caso con ella? —

—Entonces no puedes acostarte conmigo. —Evrie se lo dijo sin pensar.

—Dame una razón para que no pueda acostarme contigo. —

—No me acuesto con hombres casados. —

Evrie mordió su labio, con un tono de voz que escondía una rebeldía apenas perceptible.

Farel soltó una risa fría, mirándola con desdén: —Hablar de esto ahora, ¿no te parece que es tarde? ¿El dinero o la reputación, quieres todo? —

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