Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 244

—Se escapó.—

—Ay...—

El corazón de Evrie se agitó una vez más.

Solo de pensar que Leandro seguía libre, le entraban escalofríos.

Le había disparado a Leandro y había huido justo bajo su nariz, él seguramente estaría furioso.

Quizás incluso quería hacerle pagar de la peor manera.

—Tranquila, ha sufrido una gran pérdida, está sin sus hombres de confianza y encima es buscado internacionalmente, no tendrá oportunidad de causarte problemas.—

El corazón de Evrie se calmó un poco.

Es cierto.

Tan pronto como regresara a su país, estaría segura.

En medio de la conversación, la cortina se abrió de repente y una silueta alta y delgada entró en la cabina; era Valerio.

Valerio posó sus ojos en Evrie, llenos de admiración.

Se sentó en el sofá de al lado y comenzó a hablar como si estuviera en su casa. —Eres bastante impresionante, ¿sabes? Escuché que le disparaste al jefe de una banda de estafadores y luego saltaste al mar con valentía. No puedo creer que una persona tan suave y delicada como una tú, serías tan valiente en los momentos críticos.—

Evrie...—

Movió los labios y soltó unas pocas palabras. —Gracias por el cumplido.—

La curiosidad de Valerio creció aún más. —¿Para qué te llevó Leandro? ¿Qué pasó entre ustedes? Cuéntame.—

—Si dices una palabra más, no me importará enviarte de vuelta al Triángulo Norte.—

Farel intervino con indiferencia.

Valerio se sintió algo herido. —Solo estamos charlando, ¿no? Eres demasiado mezquino. Además, yo también te ayudé a buscar gente en Brasil, ¿vale? Aunque no tuve mérito, sí quedé fatigado. No me amenaces con el Triángulo Norte, no quiero ir a ese lugar.—

Farel respondió. —Si sigues molestando, te mando para allá.—

—...—

Valerio se calló y salió en silencio.

Después de todo, le aterraba que Farel cumpliera su palabra de enviarlo de vuelta al Triángulo Norte.

Cuando Valerio se fue, Evrie se apoyó en el hombro de Farel y lo abrazó sin reservas.

—Qué bien. —dijo ella, —Farel, te debo la vida otra vez. —

Farel le acarició la cabeza con voz ronca. —¿Llevas la cuenta tan clara conmigo? ¿Puedes siquiera hacerlo?—

Evrie se acurrucó en su pecho, quedándose en silencio por un momento.

Le debía demasiado a Farel.

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