Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 319

Ella lo llamaba Dr. Farel.

En el fondo, esperaba que él fuera solo un médico más, sin nada de especial.

La expresión de Farel se oscureció por un momento, bajando la mirada hacia ella.

—Sube al coche, te llevo a casa. —

—¿A quién vas a llevar a casa? Ya conseguí un conductor sustituto, si alguien debe llevarla soy yo, ¿por qué te metes en nuestra relación? —

Valerio tiró con renuencia del brazo de Evrie.

—Evrie, tienes que venir conmigo. —

Evrie estaba aturdida, al escuchar a Valerio, asintió con la cabeza sin entender bien.

—Claro, Dr. Farel, tengo que irme con él. —

Farel apretó su brazo con firmeza, diciendo con indiferencia—Él está ocupado, no puede llevarte. —

—¿Quién dice que estoy ocupado? Estoy más libre que nunca...—

Antes de que terminara de hablar, el teléfono de Valerio sonó.

Miró la pantalla, frunciendo el ceño con preocupación.

Colgó la llamada sin miramientos.

Pero el teléfono volvió a sonar, la persona que lo estaba llamando parecía insistente.

No pudo evitarlo, deslizó el dedo sobre la pantalla para responder la llamada.

—¿Estás loco? ¿Qué te pasa llamándome a estas horas de la noche? —

—Ven al hospital, a pasar la Nochebuena. —

La voz de Amir sonó a través del teléfono.

—¿Estás enfermo? En años anteriores no te vi en el hospital, ¿por qué celebrar la Navidad ahora, estás buscándome problemas a propósito? —

Amir le respondió con calma—Tu madre acaba de responderme, seguramente quiere pasar la Nochebuena con nosotros, si no quieres venir, entonces yo también me voy. —

Valerio apretó los dientes con rabia—Viejo sinvergüenza, ¿así que me estás amenazando? —

—¿Vendrás o no? —

La mano de Valerio se tensó y luego se relajó, se quedó sin palabras durante un buen rato.

—Vete, tu madre es lo más importante, ya compartiste la cena de Nochebuena conmigo, también deberías estar con tu madre para recibir el año. —

Evrie, aunque se sentía mareada, tenía los oídos bien abiertos.

Al escuchar la conversación por teléfono, instó a Valerio a irse.

Él realmente se preocupaba por su madre.

Eso ella lo sabía mejor que nadie.

Valerio miró a Evrie y luego a Farel, y vacilante le dijo—También podría llevarte a casa primero. —

—No es necesario. —

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