Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 360

Debido a la insistencia de Farel, la Sra. Haro tuvo que ceder y cancelar la fiesta de compromiso, pero con la condición de que el patriarca eligiera una fecha auspiciosa.

En este aspecto, siempre había sido meticulosa y prudente.

Al salir de la casa de los Haro, Evrie suspiró profundamente.

Por fin había terminado todo.

—¿Ha sido muy estresante? — La voz de Farel tenía un ligero tono de disculpa.

Evrie lo negó con la cabeza rápidamente: —Nunca había conocido a los padres, solo estaba un poco nerviosa. —

Después de todo, la situación de hoy fue mucho mejor de lo que había imaginado.

Federico y Victoria no la habían incomodado, le habían dado el respeto que merecía.

—No te preocupes, no viviremos allí. Nos mudaremos y las veces que tendrás que verlos serán contadas. —

Farel rodeó sus hombros y con una mano abrió la puerta del coche.

—Sube, te llevaré a un lugar. —

—¿A dónde vamos? — le preguntó Evrie.

—Ya lo sabrás cuando lleguemos. —

Farel le aseguró el cinturón de seguridad y, dando la vuelta al vehículo, se sentó en el asiento del conductor.

Arrancó el motor y el Range Rover partió con decisión.

Cuarenta minutos después.

El Range Rover atravesó un barrio de villas y se detuvo frente a una hermosa casa blanca.

Evrie la reconoció al instante.

Tenía un pequeño patio, una valla baja, flores, árboles, un lugar donde cada centímetro cuadrado valía oro.

Era el mismo lugar que él le había mostrado la última vez.

—¿Recuerdas la contraseña? — le preguntó Farel.

—001225. — Evrie le respondió casi sin pensar.

—Bien, abre la puerta. — le dijo él.

Evrie se acercó a la puerta principal y tecleó la contraseña.

La puerta se abrió al instante.

El interior estaba decorado igual que la última vez, todo se veía refinado, hermoso, limpio y completamente automatizado.

Un robot de limpieza se deslizaba por el suelo y el aire acondicionado mantenía la temperatura constante por sí solo.

La luz del sol se filtraba a través de las ventanas, se veía brillante y tranquila.

—¿Recuerdas cómo es este lugar? — le preguntó Farel.

—¿Eh? — Evrie no reaccionó de inmediato.

—Entonces te lo mostraré de nuevo. —

Farel tomó su mano y la llevó a través de la villa.

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