Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 512

Evrie lo vio y se sorprendió un poco.

—¿Jacinto? ¿Cómo sabía que estaba aquí?

Jacinto sonrió antes de responderle —Acabo de venir a cenar con un cliente y Blanca me dijo que te habías hecho cargo de este proyecto, así que decidí pasar a verte.

¿Blanca?

Evrie no recordaba haberlo visto con Blanca y le preguntó de nuevo.

—¿Conoces a Blanca? —

Jacinto parpadeó —Conozco a Ion Hidalgo. —

Ahora Evrie lo entendía todo.

Últimamente Blanca había estado muy cerca de Ion, probablemente le había revelado detalles del proyecto del edificio médico.

Solo que ella no sabía que Jacinto también tenía una buena relación con Ion.

El mundo empresarial de Alnorter es un círculo pequeño, eso empezaba a creérselo.

—Señorita Evrie, justo voy al centro de la ciudad, ¿quieres que te lleve?

Evrie sentía que aún no tenía tanta confianza con Jacinto como para subirse a su coche, e instintivamente negó con la cabeza.

—No te preocupes, tomaré un taxi.

Jacinto insistió —Están haciendo obras en esta zona, es difícil encontrar un taxi con este tráfico.

Rosana intervino —Sí, Evi, yo mismo traté de conseguir uno durante diez minutos y no hubo conductor que aceptara el viaje. Mejor aprovechamos el viaje con él, ¿no?

Evrie no pudo evitar mirar a Rosana, quien parpadeaba inocentemente.

Las dos se miraron a los ojos, con Jacinto esperando a su lado.

En ese momento, rechazar su propuesta parecería demasiado intencionado.

Evrie cedió y asintió con la cabeza en señal de acuerdo —Entonces sería una molestia para ti.

—¿De qué te preocupas?

Jacinto abrió la puerta del coche y Rosana, emocionada, tiró de Evrie para sentarse en el asiento trasero.

Durante el viaje, charlaron de forma intermitente, manteniendo un ambiente bastante agradable.

Una hora después.

El coche de Jacinto se detuvo frente al edificio de GCES. Evrie dejó que Rosana subiera primero y se quedó en el coche, tomando un momento antes de hablar.

—Disculpa, anoche bebí demasiado en la cena y dije cosas confusas. Espero que no lo tomes en serio.

—¿Qué cosas confusas dijiste? ¿Fue sobre tu exmarido? —le preguntó Jacinto directamente.

Evrie se sintió algo avergonzada, discutió sobre su exmarido con un hombre que apenas conocía, no sabía qué estaba pensando la noche anterior.

—Eran solo palabras de borracha, preferiría que te las guardes y si puedes olvidarlas, mucho mejor.

Jacinto no pudo evitar reírse.

Miró a Evrie a través del espejo retrovisor, con una leve burla en sus ojos —Podría guardármelas, pero parece que tienes muchas cosas pendientes con tu exmarido. Debe ser difícil de olvidar, ¿no?

Evrie miró hacia la ventana —Sr. Serra, estás pensando demasiado. No hay nada que no pueda olvidar.

Jacinto se quedó en silencio por unos segundos, luego su voz se tornó seria.

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