Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río romance Capítulo 298

Capítulo 0298

La palma de él estaba caliente, y la sensación era imposible de ignorar. El cuerpo de Cira se tensó involuntariamente. Antes de que pudiera decir algo, Morgan la soltó e incluso dio un paso atrás de manera educada.

Era como si realmente solo la hubiera ayudado como un “caballero”.

Cira ajustó rápidamente su vestido, lo miró de manera extraña y extendió la mano directamente: -Devuélveme la ropa.

Morgan le entregó la chaqueta de su brazo.

Cira retiró la mano: -Quiero la chaqueta del profesor Sánchez.

Morgan entrecerró los ojos y Cira explicó con cierta extrañeza: -Esa es la chaqueta del profesor Sánchez, y necesito devolvérsela.

La expresión de Morgan parecía más como si quisiera tirar la chaqueta directamente a la basura. Pero, sin saber por qué pués de unos segundos, finalmente se la devolvió.

Cira rápidamente agarró la chaqueta, sorprendida por lo fácil

resultó hablar con él.

-Un hombre que incluso usa perfume tan fuerte, no te importa

La chaqueta de Marcelo tenía un ligero aroma a canela, cálido y encantador. En el cuerpo de Marcelo, no parecía fuera de lugar, y mucho menos tenía la connotación negativa que Morgan le atribuí

Cira refutó en voz baja: -Esto es parte de las normas sociales.

Solo porque Morgan no lo usara no significaba que fuera anorma Atacar a los demás sin motivo aparente también era bastante

aburrido.

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Pero el hecho de que él se cediera frente a ella tres veces esta noche fue aún más inesperado para Cira. En el pasado, eso simplemente no habría sucedido.

Cira no se puso la chaqueta, simplemente la dobló y la colocó sobre su brazo. Este gesto hizo que la expresión de Morgan mejorara ligeramente: -La última vez que le prestaste la chaqueta a Lidia, ella me pidió que te la devolviera.

Cira asintió: -El señor Vega solo tiene que decirle al mensajero que me lo entregue.

-Puedes hacerlo, solo envíame tu dirección actual -dijo Morgan.

Cira dudó un momento y no quería que él supiera su dirección en la ciudad de Xoán. De manera indirecta, sugirió: -Puedes enviármelo a la dirección del grupo Sánchez.

-¿Tienes miedo de que descubra dónde vives? ¿Me estás evitando? Morgan sonrió ligeramente-. Si realmente quisiera saberlo, ¿ necesitaría preguntarte?

Podría averiguar fácilmente si lo investigara.

Cira respondió con modestia: —El señor Vega está pensando demasiado, no tengo esa intención.

Morgan rara vez insistía tanto: -Si no la tienes, entonces te llev casa. Además, ahora también nos permitirá retirarnos de aquí.

Cira empezaba a sentirse un poco abrumada y rechazó nuevament -El señor Vega vino con la señorita Zavala, debería llevarla a casa

-La señorita Zavala se irá con el señor García -dijo Morgan

mientras se dirigía hacia la salida-. La ropa está en el coche. Sabiendo que vendrías hoy, la traje especialmente para ti. Baja y recógela conmigo.

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Él estaba en la puerta: -Date prisa, secretaria López.

Cira no quería seguirlo, pero temía desafiarlo y que se enojara. A regañadientes, bajó las escaleras, mirando a su alrededor en busca de la figura de Fermín.

Aunque había encontrado molesto al hombre antes, en este

momento, si lo tuviera a su lado, podría zafarse de Morgan de manera natural.

Sin embargo, la persona que no pudo ahuyentar antes no estaba a la vista ahora, y Estela tampoco estaba presente.

Finalmente, Cira se vio obligada a dirigirse al estacionamiento.

Manteniendo una distancia deliberada de la puerta del automóvil de Morgan, le dijo cortésmente: -Señor Vega, darme la chaqueta aquí

está bien.

Morgan abrió la puerta del coche: -Te llevo.

-Es muy tarde ya, siento molestar al señor Vega.

-No es ninguna molestia.

-En el camino, aún necesito informar al gerente Sánche trabajo. No quiero perturbar la tranquilidad del señor Vega.

Cada frase era una negativa sutil.

Morgan la miró pensativamente y le preguntó: ¿Me temes?

Cira continuó halagándolo: -No creo que haya nadie que no admi la presencia del señor Vega.

Morgan sonrió irónicamente: -Habla como una persona normal.

Cira hizo una pausa y lo miró directamente a los ojos: -¿El señor Vega quiere escuchar la verdad?

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