Recuperar Su Amor (Luna y Joshua) romance Capítulo 188

Luego, Shannon miró a Luna con una sonrisa condescendiente. "Pensé que teníamos a un personal absolutamente estelar que podía hacer que el Presidente escribiera a mano sus propias sugerencias; resulta que solo estaba jugando contigo. Te está haciendo pagar".

Shannon le dio un sorbo de su té mientras comentaba: "Si yo fuera tú, simplemente habría renunciado y me habría ido a casa al mediodía. Es obvio que él está tratando de encontrar fallas en ti. ¿Por qué aún así lo soportas? ¿No tienes orgullo? ¿No conoces la vergüenza?”.

Luna quería irse, pero se detuvo en seco.

Ella se dio la vuelta y le lanzó una mirada fría a Shannon. "Solo porque alguien me ponga las cosas difíciles y las haga, ¿yo soy una desvergonzada?".

Shannon se cambió a una posición más cómoda mientras giraba el bolígrafo con la mano. Miró a Luna con bastante pereza y condescendencia. "¿ Qué otra cosa podrías ser, entonces?".

"Dígamelo usted". Luna tomó los documentos que había copiado a mano con una mirada intensa. "El Señor Lynch había devuelto su propuesta cinco veces ya, así que, ¿por qué sigue trabajando en ella? Según usted, si está tan orgullosa de sí misma, debería haberle arrojado la propuesta a la cara a Joshua y decirle que renunciaba".

Luna se fue de inmediato con los documentos en sus manos, dejando a Shannon aturdida.

Cuando ella llegó a la entrada principal del departamento de diseño, escuchó un sonido fuerte proveniente de la oficina de Shannon. Era el sonido de la taza de té estrellarse contra el suelo.

Luna sonrió con indiferencia y subió las escaleras.

Joshua aún tenía una reunión en su oficina. En el momento en que Luna llegó, Lucas la detuvo.

"Luna, siéntate ahí un rato. La reunión del Señor Lynch probablemente durará otra media hora más".

Luna pensó por un momento antes de dirigirse a un lado para tomar asiento.

Si volviera al departamento de diseño, Shannon y sus colegas probablemente se burlarían de ella. Luna prefería sentarse allí y esperar.

Al menos, el sofá de la sala de invitados de la oficina del Presidente era suave y cómodo.

Luna se sentó en el sofá y frotó sus hombros y brazos adoloridos. Había escrito durante todo el día y era agotador.

Hacía tiempo que no pasaba por un trabajo tan duro.

"Señorita Luna". De repente, una voz dulce sonó en su oído. Luna frunció el ceño y miró en la dirección de donde provenía la voz.

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