Regreso Dominante de la Verdadera Heredera romance Capítulo 3

Apenas pasaron tres segundos cuando las notificaciones de la red social comenzaron a sonar sin cesar, con ‘me gusta’, comentarios y mensajes privados aumentando rápidamente.

[¡Por fin apareces, Once Morales! ¡Por favor, dibuja algo para el tercer aniversario de Estrella Profunda!]-

[Once, te admiro un montón, madre mía, este pequeño dibujo está increíble, con solo unas pocas pinceladas lograste transmitir una sensación de maldad y fealdad. Además, ¡es bastante original! ¿Dónde están los detalles? No logro descifrarlos.]

[Estudiante de arte aquí, adorando tu trabajo, Once. ¿Podrías prestarme tu mano para mis exámenes? Por favor, por favor.]

[Hace tiempo que no veíamos a Once dibujar villanos, ¿quién será el modelo para la vieja bruja y la joven bruja? Parece que Once realmente no las soporta.]

[¿Once Morales, estarías dispuesto a aceptar un encargo para personajes de la Babirusa? He estado rogando frente al Dios durante siglos.]

[¿Eso fue la cuenta oficial de Babirusa?]

[¿Acaso eres nuevo? ¿No sabes que varios desarrolladores de juegos están siempre aquí suplicando por una colaboración? Se han vuelto fans acérrimos y ni siquiera así Once les responde, jaja.]

[Quisiera que Once diseñara los personajes de mi juego, pero eso es soñar demasiado. Once es demasiado distante como para pedirle una colaboración directamente.]

...

La ola de mensajes rápidamente elevó el nombre de "Once Morales" a las últimas posiciones de los trending topics, aunque no tardó en desaparecer.

Mientras tanto, Celeste ya se había puesto su vestido de gala y terminado su maquillaje, caminando por el pasillo hacia las grandes escaleras.

La puerta frente a ella se abrió y Paula, vestida de gala, salió del brazo de Sra. Morales, con los ojos enrojecidos de haber llorado.

La Sra. Morales, con paciencia, la consolaba y le daba palmaditas en la espalda.

Al ver a Celeste, los pasos de esta se detuvieron, justo cuando Paula la miraba.

Con una mirada que al principio estaba de dolor, rápidamente se llenó de resentimiento antes de esconderse nuevamente en el abrazo de la Sra. Morales.

La Sra. Morales pareció sentirse algo incómoda, vacilante, pero aún así, bajo la insistencia de Paula, le dio unas palmaditas y suspiró hacia Celeste, diciendo: "La fiesta ya va a comenzar, es el gran día de tu abuela y habrá muchos invitados. Solo sígueme."

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