Entrar Via

ROMANCE ALOCADO romance Capítulo 26

Emanuel acababa de terminar de arreglarse cuando escuchó sonar el teléfono.

—No contesta el teléfono —dijo Emanuel a su guardia Domingo en un tono autoritario.

Domingo miró la pantalla del celular y preguntó en voz baja:

—¿Ni siquiera si fuera llamada de su esposa?

Su jefe le había entregado ayer unas hojas de declaración de estado civil y él fue la primera persona que se enteró de su matrimonio.

Emanuel se detuvo por un segundo, ¿Catalina? Se abrochó el cinturón y extendió la mano:

—Dámelo... Hola, estoy ocupado, ¿qué pasa?

—Emanuel, ¿puedes venir a mi casa hoy?

—Hoy no puedo, ya estoy en el ejército.

Catalina bajó la cabeza y empezó a patear piedras con un pie. Hasta el momento, los dos solo se veían muy pocas veces y al escuchar la voz fría de Emanuel, le daba vergüenza a pedirle el favor.

Al saber que Catalina dejó de hablar, Emanuel preguntó pacientemente:

—¿Dígame, en qué te puedo ayudar?

—Mi familia ya está enterado, mis padres quieren verte.

Emanuel entendió:

—¿Están enojados?

—Sí.

—¿Te regañaron?

—Sí.

En este momento, afuera de la puerta, se transmitió el silbato de reunión. Domingo estaba de pie con su gorra militar en la mano, se preparaba para marcharse con su jefe. Emanuel frunció el ceño y dijo:

—No te preocupes, después de terminar mis asuntos iré a tu casa tan pronto como sea posible, llegaré a más tardar a las diez en punto.

Catalina se emocionó un poco:

—Muchas gracias Emanuel, nos vemos.

Domingo dijo:

—Jefe, la ceremonia de alistamiento de hoy requiere que usted les dé declaración.

Emanuel se puso solemnemente su gorra militar, fue tan heroico que nadie pudo igualar. Mientras caminaba, dijo:

—Hágame presentar más temprano y me retiré una vez que termine con mi predicación y dejaré que el subdirector se hace cargo del resto, volveré por esta tarde.

—Sí, señor.

Después de unos pasos, Emanuel volvió a decir:

—Por cierto, Domingo, ayúdame a comprar unos regalos para llevarlos a la casa de mis suegros.

—¿Qué debo comprar?

Emanuel tampoco sabía de eso:

—Lo que sea, pero que sean los mejores.

Domingo estaba un poco confundido, pero tenía que cumplir esta tarea que le dio su jefe de toda manera:

—Sí, señor.

Sin atasco, se tardaría mínimo media hora en llegar a la casa de Catalina, pero el tráfico de la Ciudad Tando siempre estaba pésima. Emanuel estaba tan ansioso que ni siquiera se cambió el uniforme militar, se puso un largo abrigo negro y se fue con prisa.

Capítulo 26: El primer encuentro con el yerno 1

Capítulo 26: El primer encuentro con el yerno 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ROMANCE ALOCADO