En la mesa del comedor.
Logan preguntó: "¿Cómo es que no hay nada para la resaca?"-
"¿Te refieres al caldo que es bueno para el estómago?"
"¿Caldo para el estómago?"
"Sí, el que la señorita Marín suele preparar, con mijo y ñame todo cocido junto, ¿verdad? Oh, no tuve tiempo para prepararlo, hacer los preparativos desde la noche anterior lleva su tiempo, y tendría que levantarme temprano para empezar a cocerlo."
"Además, el tiempo de cocción es clave, y yo no tengo la paciencia de la señorita Marín para estar pendiente del fuego todo el tiempo, así que aunque lo intente, no me sale igual. Y además..."
Logan la interrumpió: "Tráeme un poco de salsa de carne."
"Enseguida, joven."
"¿A esto le falta sabor?" Logan echó un vistazo al frasco: "Y el empaque tampoco es el mismo."
"Ese frasco ya se acabó, solo teníamos este."
"Después iré al supermercado a comprar un par para tener en casa." Dijo él.
"No lo vas a encontrar." Le aclaró la mujer.
Solo se escuchó un silencio por parte de Logan.
Gabriela sonrió un poco avergonzada y le explicó: "Esa la hacía la señorita Marín, yo no sé prepararla..."
"Eh, ¿joven, ya no va a comer?"
"No."
Gabriela observó al hombre subir las escaleras, con una expresión de desconcierto. ¿Por qué se había enojado de repente?
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