Romance en Los Ángeles romance Capítulo 35

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Después de almorzar, Kristin compró dos boletos para un espectáculo de animales, emocionada por llevar a Mia a ver delfines. Atravesaron una multitud y, siguiendo al grupo, llegaron al pabellón de espectáculos en la dirección suroeste. El aire acondicionado del interior era un paraíso comparado con el calor abrasador del exterior. Mia no estaba muy interesada en el espectáculo, pero a Kristin le encantaban los delfines. Durante la interacción, le pasó la cámara para que le ayudara a tomar fotos. Contagiada por la sonrisa de Kristin, Mia no pudo evitar sonreír también. Media hora después, cuando terminó el espectáculo, Mia le pasó su bolsa a Kristin, queriendo ir al baño. Al doblar la esquina, vio a Emma lavándose las manos en el lavabo.

Se detuvo un momento y luego la pasó, dirigiéndose directamente a un cubículo. Al salir, Emma todavía estaba allí, aparentemente esperándola. Mia continuó ignorándola, lavándose las manos cuidadosamente. El sonido del agua caía, el ambiente estaba en silencio pero se tensaba poco a poco. Al levantar la vista, Mia se encontró con la mirada de Emma y luego apartó la mirada, como si enfrentara a un extraño. Sin embargo, Emma le respondió con una sonrisa, mirando la pulsera semioculta bajo su manga: "Mia, qué coincidencia."

Mia no respondió. Emma no pareció importarle y continuó: "¿Cómo has estado últimamente?"

Mia sonrió levemente: "No tan mal."

Emma intentaba descifrar si su calma era real o fingida. Después de unos segundos, sonrió: "¿Verdad? Debe ser difícil vivir fuera de la mansión, ¿no?"

Mia le dijo muy despreocupada: "No te preocupes por mí."

"De hecho, debería agradecerte, de verdad." Dijo Emma, y sus ojos se llenaron de lágrimas, que junto a su rostro inocente, la hacían ver muy conmovedora: "Si no fuera por tu decisión de alejarte, ahora mismo no podría tener a Logan completamente para mí."

Mia escuchaba en silencio, lavando cuidadosamente la espuma de sus manos. Desde el dorso hasta las puntas de los dedos, lo hacía con mucha dedicación y atención.

"De hecho, debiste haber visto el mar de globos. Hoy es mi cumpleaños, Logan me preparó esa sorpresa." Emma sonrió sutilmente, levantando su mano: "Oh, y esto es un regalo de cumpleaños que me dio, ¿no es hermoso? Él dijo que mis manos son tan blancas y suaves, perfectas para esta pulsera. Al verla, él solo quería besarla..."

Al decir eso, Emma se sonrojó, con sus ojos brillantes, como un durazno humedecido. Mia reconoció de inmediato el logo en la pulsera cuando Emma giró su muñeca. De repente lo entendió. Ese día en la joyería, él estaba eligiendo un regalo de cumpleaños para Emma. Cerró el grifo, con las uñas clavándose en la palma de la mano, el dolor la hizo volver en sí, y con una sonrisa sarcástica dijo: "¿En serio? Pues felicidades."

Luego, se alejó.

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