Briar pensaba eso mientras su rostro se tornaba más frío, y le dijo lentamente a Diego, —A ella le gusta enfrentarse conmigo, pues que así sea, quiero ver cuánto tiempo más puede resistir—.
Melody se enteró de que todos sus diseños habían sido retirados de internet dos días después, e Igor temblaba de rabia, —¡Voy a buscarlo para que me dé una explicación!—
Briar ya no solo los estaba atacando a ellos, ¡era como si quisiera cortarles hasta la última vía de escape!
Melody tenía los ojos rojos de la emoción, —Hermano, no seas impulsivo, si reaccionas así, le estarás dando a Briar la oportunidad de burlarse de nosotros—.
—¡Cómo se atreve a tratarte así!—
Igor tiró con furia todo lo que había sobre la mesa al suelo, —¡Después de que llevaste en tu vientre a su hijo por nueve meses y sufriste humillaciones y cárcel, cómo se atreve a tratarte así!—
Los labios de Melody también temblaban, —No... hermano, aún debemos tener esperanza...—
No podían rendirse, no podían... ¡entregar a Eric en sus manos!
Al día siguiente, cuando Briar llegó a su oficina como de costumbre, apenas se sentó cuando Diego entró por la puerta con el ceño fruncido, —Sr. Briar... hay alguien que quiere verlo—
—¿Quién es?—
—Es un... niño—
En ese momento, Eric estaba parado en la puerta de la oficina, había discutido con la secretaria allí afuera por un buen rato.
—¡Ya dije que quiero entrar a ver a mi papá!—
—¿Quién sabe si no serás un chamaco cualquiera de la calle?— La secretaria miraba con desdén, —Ya he visto a muchas que pretenden ser la mujer del Sr. Briar, y ahora hasta aparecen niños que dicen ser su hijo. Mocoso, ¿quién te enseñó a hacer esto, tu mamá quiere atrapar al Sr. Briar o qué?—
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