apitulo 69 ¿Por qué volvió?
Nunca me gustó el
-Asi es, abuela. Para evitar que Griselda sospechara, Victoria inventó pescado. Cuando era niña, pensaba que era algo delicioso, pero vomitaba cada vez que lo probaba. Puede que haya quedado traumada cuando lo oli
Cuando Griselda la escuchó, dejó de tener una expresión pensativa. Después de todo, era normal que quedara traumada después de comer algo de tan joven. Sin embargo, todavía estaba preocupada por Victoria.
—¿Estas segura de que estás bien? Es mejor si te haces un chequeo.
-Esta bien, abuela. No tengo nada. ¿Me veo enferma?-le preguntó.
Griselda la miró de arriba abajo y se dio cuenta de que en efecto se habia recuperado. Aun así, no pudo evitar pellizcarle las mejillas de forma gentil.
-¿Por qué no me dijiste antes que no te gustaba el pescado?
-Es porque a ti te gusta, asi que yo también queria probar. En un principio, pensé que no me volveria a descomponer porque soy adulta, pero quien se hubiera imaginado. Lo siento, abuela. Me aseguraré de informarte la próxima vez sobre la comida que no me guste. No volverá a sucederse quejó.
-Está bien, cariño. Debes tener mucho hambre. Ven y come un poco.
-Quiero comer sopa de pollo.
-Le diré al sirviente que te la prepare.
-Bueno.
Justo cuando Victoria se puso de pie y pudo empujar a Griselda, Claudia le susurró:
-Déjame hacerlo, todavía debes estar débil de las arcadas.
Cuando Victoria la escuchó, la miró y supo que trataba de congraciarse con Griselda. Por ello, no dijo nada. Después de que Claudia se fue con Griselda, Victoria estaba por seguirlas cuando escuchó una voz desde atrás.
-¿De verdad vomitaste después de comer pescado cuando eras joven?
Solo cuando escuchó la voz de Alejandro se dio cuenta de que estaba de pie detrás de ella. Se dio vuelta y se topó con su mirada penetrante.
-Nunca te escuché comentar nada al respecto -añadió.
Victoria apartó la mirada y se sintió culpable cuando lo miró.
-¿Por qué deberia contar algo tan vergonzoso?
-Conozco cada momento vergonzoso de ti-resopló tras escucharla.
Como eran amigos de la infancia. Alejandro la había visto crecer, lo que queria decir que conocía todos sus momentos incómodos de la adolescencia. Victoria quedó sorprendida cuando lo escuchó. -Asi es. Alejandro y yo nos conocemos de años, por lo que sabemos todo del otro. Algunas veces se preguntaba si Alejandro ni siquiera la amaria, incluso aunque Claudia no lo’ hubiera rescatado. Después de todo, estaban muy familiarizados el uno con el otro. Por ello, ¿cómo iba a enamorarse de ella cuando conocía todos sus malos momentos?
-Hay mucho que no sabes de mi-dijo insistiendo.
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