Secreto de amor romance Capítulo 97

Capítulo 97 Karma

En el hospital, Sabrina se encargó del registro y del pago mientras Victoria se sentaba en una esquina; parecía molesta. Cuando finalizó todos los trámites se acercó a ella para ver cómo se encontraba, pero se desconcertó al verle la expresión.

-¿Estás bien? ¿Por qué luces enferma en lugar de embarazada? -preguntó y le tocó la frente.

Cuando comprobó que no tenía fiebre, suspiró aliviada. Si está bien, debe ser que siente náuseas por la mañana o un problema similar-. Por mientras, Victoria se restregó las manos y sonrió.

-No me siento mal, solo tengo sueño y no quiero comer nada cuando siento náuseas. Solo quiero postres.

-¿Postres? Eso no te hace bien, aunque no estuvieras embarazada, no puedes comer solo eso. Vamos a preguntarle al doctor -sugirió.

-De acuerdo.

Sabrina miró a su amiga asentir ante cada sugerencia; creía que era muy obediente e incluso tierna, como si se hubiera convertido en una niña de nuevo. Aunque le pareció adorable su comportamiento, estaba triste por ella y sabia que se sentia sola y que estaba angustiada. -Debe tener tantos sentimientos en su interior. Alejandro debería estar a su lado acompañándola, pero…. Quizás esta en el hospital con otra mujer». Cuando pensó en ello, se angustió y no pudo evitar acariciarle la cabeza a su amiga.

-No te preocupes; siempre estaré contigo sin importar lo que ocurra.

-¡Vete al d*monio, Alejandro! ¡Espero que no te arrepientas después de esto». La joven lo maldijo en su interior.

Ambas estuvieron una hora en el hospital por los controles y cuando se fueron ya era el mediodía. Victoria lucía aún peor luego de estar toda la mañana en el hospital y, al salir, su amiga la sostuvo y le permitió que se apoyara en ella.

-Gracias a Dios que no estás enferma; de lo contrario, estaría muy preocupada. Busquemos un lugar para comer.

-De acuerdo; comamos un postre.

Victoria parecia desanimada y Sabrina no supo qué responderle.

-Está bien, pero escuchaste lo que dijo el doctor? Aunque te gusten, no puedes comer demasiado o podría provocar cambios en algunos indicadores en el futuro.

-Lo , pero en verdad quiero comer eso–comentó al mismo tiempo que bajaba la mirada.

Cuando la vio, suspiró abatida.

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—Está bien; haré una excepción hoy y comeré contigo, pero debes ser cuidadosa. Debes hacer lo que te indicó el doctor, ¿entiendes?

-Lo sérespondió en voz baja; parecía una niña pequeña y lucía adorable.

Sabrina frunció los labios y la miró preocupada. Durante todo ese tiempo, cada vez que se

sabía que. encontraba con Victoria parecía que ella podía controlar sus emociones muy bien, pero aunque no las expresara, no significaba que no existieran. Por ejemplo; la angustia que sentia si Victoria no iba a desaparecer por el mero hecho de no hablar sobre ello. Sabrina sabia que, continuaba conteniéndose, iba a hacerse daño y algún día, iba a explotar. No sabia cuándo podía ocurrir, pero al mirarla, pensó que ni siquiera su amiga sabía cuándo podía llegar a suceder eso. En ese momento, solo deseaba que pudiera irse de ese lugar y alejarse de Alejandro antes de que fuera demasiado tarde.

Sabrina no era Victoria, por lo que no tenía la misma perspectiva que ella y no le interesaba ese asunto, pero sabía que a su amiga si

que

la salud de la gran señora Calire es importante para ti, pero tú condición lo es aún más. -Frunció los labios y dijo: Me preocupa que alguien cercano a Claudia te haga daño.

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