Secreto de mi esposo ciego romance Capítulo 194

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—Apostemos por la vista de Dámaso si es en realidad ciego. Si es ciego de verdad y nos hemos equivocado, no volveré a pronunciar una palabra negativa sobre su marido. Sin embargo, si su vista es perfecta, eso prueba que te ha estado mintiendo. Prométeme que no perdonarás a alguien que ha sido deshonesto contigo.

Sorprendida por su audaz propuesta, Camila soltó de forma involuntaria la taza de café.

—No lo creo, Ian. —«No tiene sentido hacer una apuesta así».

Sin embargo, Ian parecía decidido a revelar los verdaderos colores de Dámaso.

—No necesito nada más de ti, Cami. Esta es la única y última petición que te hago

Camila frunció los labios, preocupada.

«Creo con firmeza que Dámaso no me mentiría, a pesar de todo».

Dejó escapar el aliento que había estado conteniendo.

—Bien, entonces. Hagámoslo. —Aunque no entendía por qué Ian insistía en una apuesta perdedora, aceptó por respeto a él.

Cuando regresó estaba lloviendo. Aun así, se desvió hasta el supermercado para comprar pescado. Cuando llegó a casa, Jacobo ya se había marchado mientras el Señor Hernández daba instrucciones a las criadas.

—Bienvenida de nuevo, señora —la saludó con una sonrisa.

Sus cejas se fruncieron cuando vio a las criadas cambiarse de uniforme y marcharse.

—¿Por qué se van tan temprano hoy?

—El Señor Lombardini quiere pasar un rato en privado esta noche. Hay algo que quiere discutir con usted. Así que despedí a todos antes. —Con eso, se fijó en el pescado que tenía en las manos—. La cena ya está lista; Fran y los demás ya se han ido. Creo que es mejor poner el pescado en el congelador para mañana

Hizo una pausa para asimilar la situación antes de negar con la cabeza.

«Espero que todo vaya bien esta noche. ¿En qué está pensando el Señor Lombardini? El Doctor Castañer ya ha ideado el plan perfecto para curarle los ojos en una semana. ¿Por qué insiste en decirle a la señora la verdad detrás de la ceguera fingida todos estos años? No hay necesidad de eso, en realidad».

«Viendo lo amable y simpática que es, seguro que no montará una escena».

«Dejaré el asunto en sus manos. No hay mucho que podamos aconsejar».