—mate es nuestro mate —chilló Esmee con alegría.
—¿que diablos es eso? —le pregunte confundida.
—pronto lo sabrás —dijo ella feliz.
Me quedé estatica con los ojos cerrados esperando algún tipo de golpe pero eso no sucedió, así que abrí lentamente mis ojos y me encontré con un hombre realmente atractivo de quizás 22 años, cabello castaño, ojos color gris oscuro que con sólo verlos sentías miedo, labios perfilados y carnosos.
—por favor no me hagas daño —susurre con miedo mientras trataba de safarme de aquel hombre que me tenía acorralada.
En mi interior algo cálido brotaba, haciendome sentir completa como nunca antes lo había sentido, era una sensación realmente desconcertante.
—Amelie Blanc, bienvenida ala manada —contestó el hombre ignorando mis palabras.
Soltó un poco su agarre y trato de acariciar mi mejilla pero yo esquive su tacto por impulso teniendo que me hiciera daño.
—¿no lo sabes verdad? —cuestiono el con su voz ronca.
—escuche señor... Leroy, lamento haberle hecho perder su tiempo pero tengo que irme de aquí —dije nerviosa mientras salía de sus manos y caminaba en dirección a la puerta.
Pero una mano se poso sobre la puerta impidiendome respirar.
—¿adonde crees que vas Amelie? No tienes adonde ir —dijo Leroy con una sonrisa cómplice
—no me conoces —dije con los puños apretados.
—¿ah no? ¿No pasaste 18 años de tu vida pensando que eras normal? Si no me equivoco, Susan, Ivonne y Jack nunca te dijeron quien eras realmente, puedo darte todas las respuestas que necesitas —dijo el con voz seductora.
—¿como puedo confiar en ti? —pregunte con voz entrecortada.
—solo hazlo —contestó.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secreto.