Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 114

Violeta dijo: —Bueno, ahora solo esperemos que Natalia no se lance por esa joya de esmeralda.

Rebeca también pensaba eso.

Pero...

¿Eso era posible?

La joya de esmeralda empezó en un millón.

Alguien dio el precio un millón quinientos mil.

Rebeca fue la segunda en pujar: —Un millón ochocientos mil.

—Dos millones.

—Dos millones quinientos mil.

Tanto Rebeca como Violeta se sintieron aliviadas al ver que Natalia no daba una puja, pero al intentar levantar de nuevo su tarjeta, Natalia volvió a levantarla.

—Cinco millones.

Natalia bajó tranquilamente la mano entre las exclamaciones de sorpresa de la sala.

Rebeca apretó los puños, pensó un momento y dio el precio: —Seis millones.

—Seis millones quinientos mil.

—Siete millones.

Rebeca estaba dudando.

El cumpleaños de los 70 de su abuela era una ocasión muy especial, si ocho millones...

Estaba pensando en ello cuando Natalia volvió a levantar la tarjeta: —Doce millones.

A Rebeca se le encogió el pecho y respiró entrecortadamente antes de bajar en silencio la tarjeta que tenía en la mano.

Tal vez la gente ya se había acostumbrado lo generoso que era Logan.

A estas alturas, tampoco había nadie más para subir el precio.

Natalia consiguió de nuevo el objeto.

No quedaban artículos que Rebeca quisiera, pero las normas de la casa de subastas estipulaban que no podía marcharse antes de que terminara la subasta, así que ella tuvo que permanecer en la sala.

El resto de los objetos de la subasta serían más caros, y viendo que Logan se había

gastado como si nada más de 36 millones en una noche, Violeta no pudo evitar decir:

—Logan no querrá comprar más, ¿verdad? Vale que sea un rico, pero esta no es una forma de derrochar el dinero, ¿no crees? Joder, sí que es generoso con su amante.

Rebeca no supo qué responder.

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