Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 155

Rebeca no dijo nada.

Tras la llamada, Rebeca volvió a estornudar.

La tía de Rebeca, Martina, preocupada por si estaba resfriada, le preparó una infusión de jengibre, que Rebeca bebió y sintió más pesadez en la cabeza, y se quedó dormida en nada.

Cuando se despertó, se dio cuenta de que tenía fiebre.

Una fiebre alta que le hacía sentir que le daba vueltas la cabeza.

Carolina se acercó a ella, algo preocupada: —Mamá, ¿estás malita?

Rebeca: —Sí.

Esperanza también estaba preocupada e iba a llevarla a la mansión de los Lafuente para que la viera el buen médico de la familia.

Úrsula pensó que su enfermedad era grave y no podía retrasarla, y también le dijo que fuera a la mansión con Esperanza para que la viera el médico.

De vuelta a la vieja mansión, el médico la chequeó y le recetó medicinas, Rebeca se tomó las pastillas y subió a dormir de nuevo.

Cuando volvió a despertarse, la pesadez de su cuerpo y de su cabeza ya no era tan grave.

Y se encontró una pequeña luz encendida en el lateral y miró de reojo para ver a Logan sentado allí leyendo un libro.

Hizo una pausa.

De repente se dio cuenta de que estaba en la vieja mansión, en la habitación de Logan.

También era donde creció desde niño.

Posiblemente al oír su movimiento, Logan miró de reojo: —¿Estás mejor?

Rebeca sintió un pequeño nudo en la garganta y no estaba de buen humor para hablar con él, así que no abrió la boca.

Tomó una chaqueta que había a un lado y se la puso, y estaba a punto de levantarse de la cama cuando Logan le acercó un vaso de agua y se lo dio.

Rebeca se detuvo y lo tomó segundos después, y no dio las gracias.

Logan tampoco dijo nada y alargó la mano para tocarle la frente, a Rebeca le pesaba el cerebro pero sus reflejos no eran demasiado lentos y esquivó.

Logan miró, se sorprendió un instante, retiró la mano y se levantó: —El doctor Jones sigue abajo, le haré subir para que te chequee.

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